martes, 30 de diciembre de 2008

La enfermedad persiste

















"Tiene el sonido dulce de la miel en la loma,
mieloma como si fuera el eco de un paisaje arpegiado.
No, amor, es un engaño: no es más que el nombre de tu enfermedad.
Paciente número 307264."

Ethel Krauze. Houston.

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autoinmunidad.


RAE
1. f. Med. Respuesta inmunitaria del organismo contra alguno de sus propios componentes.

Wikipedia (Tr. del inglés)
Incapacidad de un organismo de reconocer sus propias partes constitutivas como sí mismo, lo que resulta en una respuesta inmune contra sus propias células y tejidos.

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Ouroboros

Tu piel es dulcísimamente blanca
más blanca y más tersa y más vulnerable
de lo que tu masculinidad quisiera aceptar.

Tu piel es tan nívea como la mía,
con su escritura lunar antiquísima,
a veces me engaño y creo que tu piel es la mía
y sé, que tu piel suele engañarse también.

Quizás tu piel también se cree que es mi cuerpo
y por eso algo desde dentro te aguijonea.

Algo en tu piel decide que ha muerto
la piel cede
se deprime
labra un surco.

Esa piel no secreta
no respira.
no echa raíces.

Algo en tu sangre precipita y languidece
a destiempo
tu cuerpo trota
y se detiene.

Me miro por horas las verdosas venas
de mis antebrazos.
me miro esta piel que no es la tuya
única piel intacta de mi cuerpo;
me miro la piel hasta que ya no parece mía,
quiero a fuerza de observar
quitarle a tu piel esa obsesión con autodestruirse.

jueves, 18 de diciembre de 2008

Ella escribió, en toda su bipolar gloria...

A lady Vivianne que no es "Ella" por el voyerismo compartido y por la sonrisa del gato de Cheshire...

A Herminia Guardagujas, también por lo mismo, y porque no puede pasar junto a un umbral abierto sin mirar morbosamente adentro...

Ella escribió, en toda su bipolar gloria, palabras contradictorias que ardían por levantarse de la página y salir por las ventanas. Esas palabras gustan de desnudarla, ella lo sabe, y sabe que afuera la espían, que el mundo tiene su casa sembrada de oídos y de esquizofrénicos ojos.

Ella les grita a los invisibles voyeurs, porque ella sabe que están aunque no los vea, que dejen de ver la desnudez de sus muslos con sus ojos de sátiros, y les dice esto mientras sus manos sostienen alto las enaguas de su falda que revelan unas braguitas rosas con la palabra "juicy" escrita en ellas.

Ella escribió, en toda su bipolar gloria, que ella ya no escribe nada.

"Aquí todos estamos locos, yo estoy loco, tú estás loca..."
El gato de Cheshire. Alicia en el país de las Maravillas.

domingo, 30 de noviembre de 2008

Últimamente no tengo tiempo para nada...

... Por más que quiero sentarme a escribir algo en serio no se da la oportunidad. Pero no quiero estar tan desaparecida, así que los dejo con la recomendación de un libro excelente que va con la línea de la poética de la enfermedad de la que hablaba recientemente.

Se llama Electricidad y es de Ray Robinson, y el sábado 29 tuve el placer y el honor de entrevistarlo en el marco de la FIL a raíz de la presentación de su novela por la editorial Sexto Piso.

Me imagino que la entrevista saldrá en Reverso en el siguiente número.

lunes, 3 de noviembre de 2008

Una corta profecía

Estoy leyendo un libro fabuloso de Martin Puchner (y ya es mucho que yo encuentre fascinante y difícil de poner de lado un libro de teoría crítica) "Poesía de la revolución" (Poetry of the Revolution) que es un estudio profundo y atinado de todos los manifiestos políticos y literarios-vanguardistas desde el gran Manifiesto Comunista que acuña el nuevo género del manifiesto.

Puchner habla de Goethe y sus ideas en torno a la traducción. Goethe toma la frase del Corán que dice: "Dios da a cada pueblo un profeta en su propia lengua" de la cual Goethe deslinda: "El traductor es profeta de su pueblo".

Una idea cargada de posibilidades, y brevemente menciono la idea que me ronda en este momento, la idea de una Casandra perseguida e ignorada, la palabra del profeta que se duda y se tacha de blasfema, la palabra del traidor.

Retrospectivamente esta lectura alimenta a mi Babel.

martes, 21 de octubre de 2008

La enfermedad

La enfermedad ha sido un tema constante en el arte y en la literatura con la romantización de la tuberculosis en "La dama de las Camelias",  la figura oscura y agonizante de un Chopin, una Santa, una Naná. Así como también la demonización de enfermedades como el cancer o el sida, excelentes novelas sobre la segregación y persecución de enfermos de sida son "Virtudes del pájaro solitario" de Goytisolo y "Pájaros de la playa" de Severo Sarduy. Esa demonización de la enfermedad, y sobre todo de enfermedades que por su novedad y falta de cura se envuelven en misterio son las que trata Susan Sontag en su libro "Illness as a metaphor / AIDS as a metaphor" y critica fuertemente el uso metafórico de la enfermedad con frases como "el cáncer de la sociedad o personalidad cancerígena".

Pero la enfermedad persiste. En la literatura hay ciertas enfermedades que se presentan como el catalizador para alcanzar una verdad velada, un nuevo plano de entendimiento, una iluminación... El VIH se ha visto en ciertos círculos y retratado el fenómeno en medios de comunicación, publicidad, arte, literatura, etc. como el "regalo", el rito de iniciación que invita a una socidad selecta de iniciados, es el beso, la mordida del vampiro, la galleta que nos dice "cómeme".

La enfermedad persiste...

Escribir metafóricamente se concibe como enfermedad, aquellos que somos aquejados por ella entendemos sólo la obsesión por la palabra, la manía, la compulsión, como mal congénito.

Quiero abrir con estas breves palabras el diálogo a la poética de la enfermedad. Hablemos de la enfermedad en el arte, en la poesía, en la ficción...

Hablemos de la enfermedad.

lunes, 6 de octubre de 2008

Él construye una mesa

Él dice que su secreto es fuerza bruta e ignorancia.

Y alguien una vez me dijo (para mi horror) que la ignorancia es una bendición.

Y recuerdo la noche en que apenas lo conocía cuando él hablaba de cosas que yo nunca he entendido ni entenderé, pero aprecié muy claramente que cuando él llega a una cañada comienza a imaginar puentes y a trazarlos en el aire, pero no ve nunca el vacío.

Él no encontró la mesa que buscaba y su reacción fue la más simple, la más ingenua, la más honesta:

Hacer su propia mesa.

Él no tiene nunca nada que perder porque siempre se cobija con la bandera de su ingenuidad, de su ignorancia, de su simpleza, pero yo sé que no es ingenuo, ni ignorante ni simple.

Lo he visto todo el día lijar la madera y seguir sus líneas y volutas. Me hace sonreír cuando taladra y martilla sin preocuparse por los vecinos.

Y me maravilla cómo su mente exacta, matemática, espacial, tiene un plano en detalle de cada una de sus maniobras, de su ingenio.

Hoy he pensado en ese hombre soñador sentado al otro lado de la mesa años atrás, sigo sin entender cómo su mente está llena de ángulos y de espacios y de intrincadas secuencias numéricas, cuando yo pienso en palabras, en metáforas, en tropos y peculiaridades lingüísticas.

No voy a sentarme a llorar ante el precipicio.

Voy a seguirlo viendo construir su mesa y dejaré de cuestionarme, de dudar, de creer que todo lo que pienso y digo es descabellado, o ingenuo, o simple, o imposible.

martes, 30 de septiembre de 2008

¿Y 'ora qué?

Hay pocas veces en la vida, bueno en la vida de los que tenemos un plan muy definido de lo que vamos a hacer los próximos años, en que por alguna razón nos vemos liberados de esos planes.

El universo se abre y nos hayamos libres, sin amo.

Hoy todo está abierto, todas las posibilidades ahí.

Mis manos y mis piernas tienen una ansiedad que no encuentra a dónde ir ni qué hacer.

Pero mi espalda se siente ligera.

Ya no llevo todo el peso del mundo sobre mí.

¿Y 'ora qué?

Pd. Feliz día de San Jerónimo a todos los traductores, intérpretes y simples "lenguas".
Gracias Tote por recordarme el día de mi santo patrón.

viernes, 19 de septiembre de 2008

Elogio de la inutilidad

En la antigua China, alrededor del siglo X se puso de moda la costumbre de atar apretadamente los pies de las niñas con el fin de quebrar los huesos y deformar los pies hasta lograr los sublimes “lirios dorados” de no más de tres pulgadas de largo. El resultado no es hermoso, pero aún significaban el nivel más alto de belleza femenina. El propósito no se encontraba en detener el crecimiento del pie, sino de deformarlo hasta lograr una inhumana imposibilidad: un pie que no sirve para caminar.

La desvalidez en que dejaban a las mujeres era el verdadero propósito: una mujer que no puede caminar más que con pequeños y tambaleantes pasos era una mujer que no podía trabajar. Las desvalidas mujeres con sus lirios dorados eran muñequitas de porcelana a las que había que mantener en lo alto de una estantería: la mujer convertida en comodidad, en piedra preciosa, en arte-objeto.

La práctica es completamente salvaje y sádica. Pero esta visión de la belleza con respecto a su practibilidad vale la pena explorarse.

Es interesante pensar en la inutilidad como característica intrínseca de la belleza, la idea de que algo es bello sólo porque sí, y no porque su existencia responda a una necesidad, o sirva a un fin práctico.

No hay necesidad de irnos tan lejos a la antigua China, nuestro vernáculo mexicano cuenta con esa expresión para describir a alguien que no hace nada más que “tirar belleza”.

Pero esta entrada no es un reclamo en contra de una visión misógina de la mujer, sino un elogio a lo inútil, y es una idea de la que se nutrió también la vanguardia. Una de las imágenes más icónicas vanguardistas es la “Fuente” de Marcel Duchamp, un mingitorio firmado y presentado como entrada en un concurso artístico. Gran parte de la justificación de los objetos “encontrados” se encuentra en que todos estos objetos originalmente tenían un fin práctico, pero el artista los reposiciona y los saca de su realidad para ponerlos en un plano en el que son completamente inútiles, por ende convirtiéndolos en arte y a la vez reduciendo la interacción entre artista y arte.

La idea no es infalible, pero es provocativa y da de qué pensar.
Esta divagación me hace pensar en el conjunto de inutilidades de mi cuerpo y de mi mente. Todos los sinsentidos, la futilidad de tantas empresas, tantas maniobras.

Cuántas cosas que me pesan en la conciencia por su inutilidad, por su impractibilidad, pero aún así puedo consolarme al pensar en la belleza que radica en el hecho de que lo hice porque sí, sin beneficio, sin productibilidad, sin razón, sin motivo.

Sólo porque sí.

¿Qué arte has producido tú, sólo porque sí?

jueves, 18 de septiembre de 2008

uarhiiti ka achaati tiamu (mujer y hombre de metal)

En la cosmogonía purépecha cuando los dioses crean a los hombres que conformarán a la raza purépecha los hacen de metal, y a pesar de que Michoacán era el "lugar de pescadores", el imperio purépecha fue un pueblo fuerte que orgullosamente se resistió a la conquista azteca y de hecho los derrotó en las dos ocasiones en que trataron de doblegarlos.

Eréndira, una pricesa purépecha robó un caballo a los españoles y luchó sin miedo y con orgullo para defender a su pueblo.

En estos momentos de tribulación los michoacanos debemos recordar que somos un pueblo unido y con mucho orgullo, con una historia y una cultura muy rica. No dejemos que nos arrebaten esto, que nos amordacen y nos dividan por medio del miedo.

Mi tierra, mi personal Penny Lane, se encuentra amenazada, secuestrada. Mis campos de fresas, de manzanas de tierra y las temidas manzanas doradas.

Este último derramamiento de sangre es el acabose, pero no lo único que está sucediendo.

Ya pasó el momento de dolor, de luto, de duelo.

Hermanos y hermanas de metal, en nuestro lugar de lagos y pesacadores, y los que seguimos en el exilio en otros estados. Hermanos y hermanas mexicanos en general demostremos que podemos permanecer unidos para lograr la paz.

Mi pueblo no se atemoriza... Jamás se doblega.

* La imagen es de la película Eréndira Ikikunari de Juan Mora Catlett sobre la leyenda de Eréndira.

martes, 16 de septiembre de 2008

ioantani (llorar a gritos)

ioantani


(verbo) del purépecha.

llorar a gritos

………………………

Atentado terrorista en Michoacán



Michoacán es un estado mental

es un lugar de iridescentes peces

es un intrincado tejido de senderos.


Poderoso dolor de extremidad mutilada

que neciamente se rehusa a morir.



p’ameni
doler
iurhiri tsïtani
sangrar
jiuakuarhini
gritar
miskuarhita jauanhini
tristeza honda
no sési jásï úkua
maldad
jandiajku...
sólo...


...ioantani
...llorar a gritos
ioantani
llorar a gritos
ioantani
llorar a gritos



jueves, 11 de septiembre de 2008

De incitadores y voyeurs

Lady Vivianne es una incitadora.

O mejor dicho, Lady Vivianne es mi incitadora.

LV propone y me incita a escribir.

El dedo índice de su blanca mano, la misma de la redonda cicatriz que yo vi nacer, con el simétrico óvalo de la transparentemente esmaltada uña con su luna perfecta me apunta e indica la enmienda, el comandamiento, la orden de crear:

"Hágase la luz".

LV y Doña Herminia ponen la pequeña estampa bajo mi lengua.

DH me alimenta con pequeños bocados de sueños, y cuida que no se escurra de mi boca nada.

DH me hace gravitar en un cielo raso salpicado de diamantes.

En la redonda tabla me han hablado de todas las cosas secretas, de todas las observaciones que furtivamente hacemos.

Parece que todas sufrimos del mismo aquejamiento, del mismo pecado de agazaparse y aprenderlo todo... aprehenderlo todo.

En mi sueño, DH, en mi sueño, no soy más que un inmenso ojo. Con una boca cosida a la que no le quedan más dientes.

LV me ha pedido que escriba sobre el voyerismo.

Qué más decir que a veces me descubro yeso, cal, ladrillo, hierro.

A veces me doy cuenta que no he dicho una palabra en horas, y que me deleito cuando todos han olvidado que estoy aquí, presente, escuchando, observando.

¿Sabías tú que un año guarde un voto de silencio que tenía sólo las excepciones más elementales? Desde entonces, nunca he sentido que mi boca se haya acostumbrado a hablar otro vez.

Mi boca es un artefacto extraño.

LV, ¿quisiera que expusiera aquí todos esos secretos, todas las conjeturas que armé tras bambalinas?

Todo lo que el incógnito me obsequió.

Soy voyeur.

Soy flâneur.

De niña escuché una vez a una pareja hacer el amor en la habitación de hotel de al lado. Pero me interesaban más las trivialidades, las nimiedades que decían de vez en cuando.

Una vez seguí a alguien un par de cuadras porque no sabía como hablarle, porque quería saber cómo existía en mi ausencia.

Todo lo leo, incluso una nota manuscrita que, del otro lado de la mesa tengo que leer de manera invertida.

Pero lo que quiero, lo que de verdad deseo en este momento...

...Es que me cuentes tú ahora un anónimo secreto.

miércoles, 10 de septiembre de 2008

Picking scabs / Arrancando costras

I like to pick scabs. There is something morbidly delicious about ripping the dark pieces of coagulated blood off my skin. Beyond the repulsion, there is something soothing on the oxymoron of leaving raw skin exposed, something that makes me feel alive and chastised about feeling the ache, and the burn and the unequivocal feeling that I deserve to suffer because I went ahead and picked that scab.

Oddly enough, this is not the worst part. This is not the part I feel embarrassed about. Even though I sadly admit that Mom was right about telling me to leave my skin alone, when I look at the scar hieroglyphs of my body.

Oh no. This isn't the worst part.

My shame lies on the fact that I create scabs. I make myself bleed in order to have a scab to pick.

I couldn't believe there is actually a name for this: dermatillomania.

You may not see the worst, because my worst wounds are hidden under my hair. If I ever lose it all you'd find my head is a map.

You, among the world are the only one that knows this (before this confession). You know it, not just because you stop my idle hand creeping up to my head before I realize it. You know it not because you have seen my naked flagellated back. You know it not because you figured out there is something under my epidermis that demands a daily blood sacrifice.

You know it because the worst wounds I make sure to leave forever raw, forever bleeding, are those of my heart.

You keep wondering when I will let go, of something you didn't say, of something you didn't do.

I have a natural tendency to always bleed.

A vicious and resentful memory.

But last night I let you touch me.

Because I need you to dig your fingers in my wounds, your hand to search for something in the gash of my side.

So you'll see me, so you'll believe... once more.

_____________

Me gusta arrancar costras. Hay algo mórbidamente delicioso en arrancar oscuros pedazos de sangre coagulada de mi piel. Más allá de la repulsión, hay algo calmante en el oxímoron de dejar la carne viva expuesta, algo que me hace sentir viva y castigada por sentir el dolor, y el ardor y el inequívoco sentimiento de que merezco sufrir porque lo hice, porque me arranqué esa costra.

Extrañamente, esta no es la peor parte. Esta no es la parte de la que me avergüenzo. Aunque tristemente tengo que admitir que Mamá tenía razón al decirme que me dejara en paz la piel, al mirar los jeroglíficos de cicatrices en mi cuerpo.

Oh no. Ésta no es la peor parte.

Mi vergüenza está en que creo costras. Me hago sangrar para tener una costra que arrancarme.

No podía creer que existiera un nombre para esto: dermatilomania.

No podrán ver lo peor, porque las peores heridas están bajo mi cabello. Si algún día lo pierdo verán que mi cabeza es un mapa.

Tú, entre todo el mundo eres el único que conoce esto (antes de esta confesión). Tú lo sabes, no porque detengas mi mano ociosa avanzando furtivamente a mi cabeza antes de que me dé cuenta. Tú lo sabes no porque hayas visto mi desnuda espalda flagelada. Tú lo sabes no porque hayas descubierto que hay algo bajo mi epidermis que demanda un diario sacrificio sangriento.

Tú lo sabes, porque las peores heridas que me aseguro de dejar por siempre vivas, por siempre sangrando, son ésas de mi corazón.

Sigues preguntándote cuando lo dejaré que muera, algo que no dijiste, algo que no hiciste.

Tengo una tendencia natural a sangrar siempre.

Una cruel y resentida memoria.

Pero anoche te dejé tocarme.

Porque necesito que entierres tus dedos en mis heridas, que tu mano busque algo en la incisión de mi costado.

Para que finalmente me veas, para que me creas... una vez más.

jueves, 4 de septiembre de 2008

While my guitar gently weeps

Anoche soñé que alguien demandaba de mí cierto acorde en la guitarra. Pero por más que mis dedos presionaban las cuerdas, en vez del cristalino acorde, sólo producía un acorde ahogado, plano. La voz me hostigaba: "más fuerza, acomoda mejor los dedos" pero seguía sin salir. Apenada trataba de excusarme, y noté entonces que tená las uñas crecidas. Con pena dije que iba a cortármelas, y entonces, decía esperanzada, "sí me va a salir".

Ése sueño me hizo pensar en lo abandonada que he tenido a mi guitarra, ¿pero qué le vamos a hacer? si los vecinos de abajo son demasiado sensibles al ruido. Pero ahora en la casa nueva, sin gente arriba ni abajo pienso tocar la guitarra hasta que se me vuelvan a endurecer las yemas de los dedos, y me salga sangre de tanto rasgar las cuerdas, y voy a cantar con más sentimiento que armonía.

La voz de mi sueño me hizo pensar en todas personalidades que la componían, en esa voz se sintetizan todas y cada una de las personas que contribuyeron a que aprendiera a tocar, con todas esas consignas que me dieron, el que me dijo que la música era un círculo perfecto, la que me dijo que para alcanzar las notas altas al acompañarme con la voz tenía que apretar las tripas, el noble amigo que intentó enseñarme progresiones por e-mail cuando estaba lejos, el que me dijo que la guitarra tenía que ser mi novio, y tuve que conformarme con eso porque definitivamente él no quiso serlo, el que creía con fe ciega que el ritmo del bajo lo era todo, aquellos que amablemente toleran mi ignoracia cuando en una fiesta alguien me pasa la guitarra y yo toco y canto las mismas diez canciones que a pesar de los años no se me olvidan.

Y también a aquéllos maestros de guitarra que tuve, incluido ése que a media clase llegó su esposa a decirle que lo habían contratado de músico profesional en el gabacho y así sin más se fue a media clase para no volver, y mis brazos se quedaron huérfanos añorando su guitarra eléctrica Gibson Les Paul en un precioso color verde escarabajo, en la que me enseñó a tocar una progresión de acordes bluseros.

En la preparatoria la guitarra fue el único novio que tuve, y practicaba todas las tardes sin descnsar en el cuarto con mejor acústica de la casa que era el baño. Pero ahora que pienso, más que novio, la guitarra no puede ser nunca más que una mujer, así, ella y yo mantuvimos un idilio sáfico y no debe ser casualidad que ahora viva olvidada en lo alto de mi closet.

Hoy volví a sacar esa guitarra y toqué A day in the life, la misma canción que toqué en clase de guitarra para mi evaluación, y descubrí, no tanto que podía tocar la guitarra, sino que podía cantar más o menos entonada.

Yo soy guitarrista de tertulias, no tengo talento para más. Pero cualquiera que comparta la misma callosidad de los dedos y sienta a veces, ese vacío entre los brazos, en el pecho, sin el escudo de una guitarra, entenderá estas palabras. A todos aquellos que me lean cuyas manos tengan esta misma necesidad les dedico este post.

Creo que somos muchos los que, a pesar de que cantábamos aquello de "yo, no quiero trabajar, no quiero ir a estudiar, no me quiero casar, quiero tocar la guitarra todo el día" el día de hoy estamos titulados, casados y de una manera u otra trabajamos de sol a sol, con sendas guitarras recolectando polvo.

Un día de estos deberíamos juntarnos a tocar de nuevo.

Doña Herminia, yo sé que usted se apunta.

martes, 2 de septiembre de 2008

La trece

nueve... diez... once... doce...

Sacando cuentas son doce las casas en las que he vivido. Dos departamentos se cuelan en ese número y un estudio amueblado en el que viví muy brevemente.

La estancia más corta fue de apenas un mes, y la más larga de doce años (de tiempo completo y un par más los fines de semana y los veranos.)

En doce sitios he respirado y posado mi insomne cabeza por las noches. En doce sitios han quedado mis lágrimas y el polvo, que sigo siendo yo, en un resquicio que por más que se barra no ha de estar nunca limpio.

La primera casa en la que viví ya no existe, en su lugar hay un pequeño edificio en donde hay un negocio de la Purina.

La casa en la que viví más años hace mucho que no he vuelto a verla, me dicen que la pintaron de un color verde perico horrible. Mi corazón prefiere no verla.

La casa en la que experimenté la felicidad más extrema, en donde me percaté de mi insignificancia en el gran esquema universal, en donde conocí el fondo de mi desesperación, debe seguir en donde mismo, en una ciudad que no sé si volveré a visitar. En esa casa tenía un cuarto enorme, sólo ahí y en el baño podríamos haber hecho una fiesta. En ese cuarto las paredes las pintamos de un profundo rojo cereza.

La casa de mi feliz ignoracia, de mi maravillosa ingenuidad, de mi idealismo extremo; sí, esa a la que con mis manos a carne viva y con mi sangre y mi sudor arranqué alfombras y papeles tapices negros con plateadas flores; pinté casi todas las paredes y el zoclo y los filos de las puertas; lijé y tallé la madera y volví a barnizarla; desnudé la tierra hasta que no hubo nada y planté, semilla a semilla mi jardín... Por esa casa volví a pasar, años después, y vi que en mi amado jardín ahora vive un flamingo rosa de plastico.

Esta semana me toca volver a empacarlo todo, cargar con una biblioteca que crecido y avanzado miles de kilómetros, que se ha eregido tanto en la costa del Atántico como en la del Pacífico. una biblioteca que empezó con una pequeña caja y hoy no me alcanza lugar para meter tanto libro. Ahora mismo, mi cama reposa sobre varios centenares de libros.

Al fin de semana, espero, comenzaré otra vez en la fatídica o afortunada número trece.

Nunca planée vivir en tantos sitios y odio desmesuradamente las mudanzas, pero un nuevo sitio trae siempre la promesa de todo lo que todavía no ha ocurrido.

Y tú ¿en cuántas casas has vivido?

sábado, 30 de agosto de 2008

Poema de doble lectura / Double-reading poem

The next minimalist poem has the particularity of being, at the same time, both English and Spanish. A poem not to be translated.

Este próximo poema minimalista tiene la particularidad, al mismo tiempo, de ser tanto
inglés como español. Un poema para no traducirse.


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Crater
explosion
lava
come


Lunar
eclipse


Alfa
Omega


Big
Bang


Cosmos


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miércoles, 20 de agosto de 2008

Paranormal Phenomena

Para D.Z.,
mi imagen refleja, compañera de las mismas obsesiones.
Porque me entiende en cualquier idioma,
porque se rie conmigo sin vergüenza,
francamente y en voz alta, aunque nuestras voces
sean las únicas que se escuchen
en la oscuridad de una sala de cine.


Guadalajara, Jalisco
19/08/08 20:30 pm


En el cuarto de atrás de la memoria hay un desvencijado archivero que lista, en un religioso orden dictado por el caos (ni alfabético, ni numérico, ni afectivo) todas las arcanas imágenes que mis ojos han visto. Mi torcida jerarquía nemónica prioriza caprichosamente esas imágenes inexplicables, esos enigmas, en vez de recordar acertadamente el teorema de Pitágoras, o cada una de las cosas establecidas por Foucault o incluso en dónde dejé mis llaves.

1. Estoy sentada, en el quicio de una agencia de viajes, bajo el sol seco de la una de la tarde en la esquina de Aquiles Serdán y Juárez esperando que lleguen por mí. Me entretengo contando el número de personas que se tropiezan con el borde de la banqueta, que la raíz de un rebelde árbol ha levantado... la cuenta va en trece... Y en la esquina a mi izquierda hay una caja de madera, próxima a desbaratarse, con un agujero en una de las esquinas superiores. De la oscuridad de ese resquicio dos ojos fulgurantes me observan, me hipnotizan. Me acerco poco a poco e imagino que dentro hay un gato, esos ojos amarillos no pueden ser más que de un gato. Me acerco y me acerco, tratando de atisbar su forma... Hasta que la violencia de un movimiento me hace retroceder espantada...

...primero una garra de simio, y después una cola que se riza, demasiado controlada. Los ojos vuelven a aparecer tratando de arrastrarme. Nunca más vuelvo a acercarme tanto, pero sigo, de lejos, tratando de hallarle forma, de entre la cantidad de extremidades de distintas especies que se cuelan por esa esquina perdida.

2. Miro aterrorizada la carta, el e-mail, el mensaje de texto sin abrir. La sellada potencialidad me asusta como el gato de Schrödinger. Sigo conservando la misiva cerrada. Trato de adivinar, de escribir con mi voluntad, con mi deseo, el mensaje que protege. No abriré nunca la carta.


3. Aprendí a hablar un idioma extraño cantando, memorizando la letra de una banda años antes disuelta, mucho antes de mi nacimiento. Así mi hija bailará una canción que fue un hit antes de que su madre naciera, y eso que nació hace muchos muchos años. Yo debería saberlo.
Antes de entender esta lengua, la otra mitad, el lado oscuro (o luminoso?) de la doble vida que llevo; el poderoso error, la malinterpretación me hicieron imaginar otras cosas. Como cuando tú me pediste que interpretara una de tus canciones favoritas y desde entonces sueño con unas inexistentes sillas de aterciopelada cereza. Verdaderos mondegreens.

4. Mi perversa morbosidad me empeña a escuchar, a comprender la discusión de la pareja que está sentada detrás de nosotros. Enterarme de las cuitas intercaladas en la faena amorosa de una pareja de amantes por debajo de la puerta que comunica dos habitaciones de hotel. Tengo vocación de voyeur.


5. Quiero develar al interlocutor de mi poesía. Muchas veces repetí a anónimas bocas que nunca escribiría sobre ellas. Hoy, encuentro cercenadas extremidades, un collage sangriento en viejos poemas. No eres tú, ni él, ni ellos. Todas las palabras eran para mí.


6. Tratar de entender, de saber los secretos que lleva tu sangre. Desgranar el arcano que ese mal, con su nombre griego, ha estado grabando en tu piel. Miro las marcas y las venero como sagrado estigma, y lloro desconsoladamente, porque no tengo encantamientos, porque mis palabras no sirven para absolutamente nada, sólo para decirte que te quiero.
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lunes, 18 de agosto de 2008

Éraste, erómeno / Erastes, eromenos

Dicen que antaño el goce de carne de hombre por labios viriles
They say that in ancient times the enjoyment of male flesh by virile lips
era vía única para el saber de los dioses.
was the unique source for the knowledge of the gods.
Hoy tal vez te desbarates probando que nunca has degustado tal delicadeza,
Today you may undo yourself trying to prove that you’ve never tasted such delicacy,
pero mantienes cercada la huerta
but you keep the orchard fenced-in,
y aún sólo entre rivales hombrías se sirve el fruto del conocimiento.
and only among rival virilities the fruit of knowledge is served.

Pero yo, subversiva, me atreví a aprender
But I, subversive, dared to learn
de quien no deseaba
from the one who didn’t want to teach me
(abiertamente)
(openly)
enseñarme más allá
beyond the scream of the paper ripping.
del grito del papel al desgarrarse.


Yo nací con el surco de piedra,
I was born stone furrow,
con la carne que sólo se forma bajo el cincel.
with flesh formed only under the chisel.

Nadie se apresuró a golpearme para hacerme hablar.
No one rushed to hit me to make me speak.

No concibo manos toscas creando artesanalmente el mundo,
I can’t conceive coarse artisan hands creating the world,
cuando antes que nadie se atreviera a comer,
when even before anyone dared to eat,
mis manos ya amasaban la fruta hasta desangrarla:
my hands already kneaded the fruit until it bled:
alimento de los inmortales.
food of immortals.

Yo tenía que probar que podía inmolarme por mi falta niña,
I had to prove that I could self-immolate for my child offense,
la de tu espanto al no encontrar tu adorado instrumento entre mis piernas;
your terror of not finding your beloved instrument in between my legs;
con cuántas ganas probaron mis manos el sabor de mis ajenas costillas,
how eager my hands tasted my foreign ribs,
agonizando por ser la rasa tabla,
agonizing to be clean slate,
la piedra ignota.
unknown stone.

Me cosí con silencio los labios para no horrorizarte con la forma de mi sexo.
I sewed my lips with silence so I wouldn’t horrify you with the shape of my sex.
Y cada noche me repetía que no debía hablar de dolores ni de llantos de niño.
And every night I had to repeat my litany of not speaking of pain nor children’s cries.

Y cercenar el constante flujo de sal,
And I had to cut the constant flow of salt
de esta gran casa que gotea aún en la sequía.
of this great house that leaks even during drought.

Todo mi afán estaba puesto en la búsqueda de un falo que darle a mi letra,
All my effort was on the search for a phallus to give to my letter,
soñar con inventarme un binario alfabeto
dreaming about inventing a binary alphabet
que escondiera mi fórmula siamesa.
that would hide away my Siamese formula.

Un hombre ama a su prójimo para instruirlo,
A man loves his neighbor in order to instruct him,
pero a una mujer no la ama,
however,
he does not love a woman but to learn through her unawareness.
sino para aprender a través de su desconocimiento.

Cuando hablabas tú de tus imaginarias cruzadas,
When you spoke of your imaginary crusades,
cuando evadías mis preguntas nacidas de mi ingenuidad atormentada,
when you evaded my questions born out of my tormented naiveté,
con mi ridículo y divertido deseo
with my ridiculous and amused desire
(el mismo que nunca encontraste lucrativo explotar)
(the same you never found lucrative to exploit)
aprendí yo tantos secretos,
I learned many secrets,
todo lo que tu tierna carne ignoraba:
everything your tender flesh ignored:
un botín de nimiedades.
a bounty of trivialities.


He construido mi habitación con cosas robadas,
I have built my room with stolen things,
y ya no escondo mi natural empeño por poseer.
and I no longer hide my natural drive to possess.

Mientras que tú quieres barrer bajo la tierra
While you want to sweep under the dust
que yo no le ofrecí a nadie tu cuerpo para salvarme.
that I did not offer your body away to save me.

No te espero con desesperación a la puerta,
I do not wait with desperation by the door,
temiendo que vengas a reclamar tu equipaje,
fearing you may come to claim your baggage,
todas son cosas que se pierden en larga y acalorada travesía,
they are all things lost in a long and heated journey,
las cosas enterradas en un lost and found que nadie extraña.
things buried down in a lost and found that no one misses.

En cambio, pacientemente resguardo la caja,
Instead, I patiently care for the box,
atada con mi prolija nostalgia
tied up with my meticulous nostalgia
y el listón de seda que finalmente arranqué de mi incansable herida.
and the silk ribbon I finally ripped off my tireless wound.

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De la plaquette inédita Equipajes
From the unpublished plaquette Baggage

domingo, 17 de agosto de 2008

Después de Babel

Ilustración de mi poemario Después de Babel realizado en técnica mixta sobre papel reciclado en acrílico, óleo, tinta china y tierra natural ocre roja.

Texto en las torres es Génesis 11,7 en hebreo, griego, latín, alemán, inglés y español.

Esta magnífica obra, la cual agradezco con todo mi corazón, fue realizada por el talentoso artista Francisco J. Enríquez Zulaica, sdb

miércoles, 13 de agosto de 2008

La vuelta del exilio or Coming Back From Exile

A Mayra
que me escribió para contarme
de sus ya once años de exilio,
años en que yo la he extrañado mucho.


El exilio no se comprende estando lejos.
Exile cannot be understood from afar.
No, el exilio se comprende sólo al regresar.
No, exile can only be understood coming back.
Se comprende al ver hebras blancas que algún gracioso tejió en las cabezas de los compañeros de banca de la escuela.
It is understood when noticing white threads that some joker weaved in the heads of school mates.
En la calidad del maquillaje teatral de arrugas y patas de gallo de familiares y conocidos.
In the quality of theatrical makeup for wrinkles and crow's feet of family and friends.
En argollas de matrimonio que no pueden ser más que utilería.
In wedding bands that cannot be anything but props.
El exilio se comprende sólo en la bocanada que se aspira violentamente al despertar de un comatoso sueño de seis, quince, veinte años.
Exile is understood only in the violent air mouthful aspired when waking up from a comatose dream of six, fifteen, twenty years.
No puede comprenderse el exilio cuando comienza, cuando está en proceso. El exiliado se confunde pensando en conceptos como viaje, experiencia, emigración, aventura.
Exile cannot be understood when it starts, when it is in progress. The exiled confuses him/herself thinking of concepts as journey, experience, emigration, adventure.
Nunca estuvo en mis planes esta vida nómada. Nunca realicé ejercicios superticiosos de fin de año: dar vueltas a la manzana con las maletas al brazo para asegurar viajes en el año por entrar.
It was never in my plans this nomadic life. I never performed superstitious exercises of New Year's Eve: circle the block with bags under my arms in order to insure traveling for the year to come.
Ya sabía yo que venía de un sitio, de una ciudad, de un pueblo, en que todos nacemos con la estrella en la frente, la marca del éxodo que habríamos de seguir. ¿Cuántos de ustedes, hermanos y amigos míos, conocieron y conocen esa costumbre de ir y venir, de estar y no estar?
I already knew that I came from a place, a city, a town, where we all were born with the star on our foreheads, the exodus mark that we were to follow. How many of you, brothers and friends, knew and know about this tradition of coming and going, of being here and being absent?
Un poco más de una década tengo marchándome siempre, doblemente exiliada, o triplemente, no lo sé.
A little over a decade I've been leaving all the time, doubly exiled, or triply, I don't know.
Y a pesar de que ahora regreso queriendo enraizarme, no me arrepiento de todas estas vidas, distintas y paralelas que el exilio me dio.
And even though now I come back wanting to root myself in, I don't regret all these lives, different and parallel that exile gave to me.
Yo soy la hija pródiga, maten al cordero más gordo.
I am the prodigal daughter, kill the fattest lamb.
Estoy de vuelta.
I am back.
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Get back to where you once belonged!

Ya estoy de regreso y ahora con la cementada convicción de que éste es el sitio en donde quiero estar.

Estos días espero escribir más, por ahora sólo les comparto una excelente recomendación literaria: En una de las escalas compré una novela/compendio de cuentos de Chuck Palahniuk titulado Haunted.

Es un libro en la línea del Decameron de Boccaccio, Los cuentos de Canterbury de Chaucer y La máscara de la muerte roja de Poe: un grupo de creadores se reunen en un retiro de creación literaria que desemboca en una tétrica, cruel y deliciosamente humorística claustrofobia. Cada cuento que se intercala determina a su autor, su estilística y sus motivaciones. Una obra que vale muchísimo la pena, del mismo autor de Fight Club. Espero que la saquen en español muy pronto si no lo han hecho ya.

jueves, 7 de agosto de 2008

I am too close / Estoy demasiado cerca


Once again you sleep while I stay awake.

Once again I write to you expecting no reply.

Once again I wish we spoke a common code.

I write to you in the language I wasn't born to speak.

Because you asked me to, because I hope one day you'll be able to find my voice in foreign words...

Once again I quote W. Szymborska as one of those nights at the beginning:

The endless night of my exile.

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I am too close for him to dream of me.
Estoy demasiado cerca para que él sueñe conmigo
[...]
I am too close, too close, I hear the word hiss and see its glistening scales as I lie motionless in his embrace.
Estoy demasiado cerca, demasiado cerca, escucho el siseo de la palabra y veo sus relucientes escamas mientras languidezco inmóvil en su abrazo.
He's sleeping, more accessible at this moment to an usherette he saw once in a traveling circus with one lion, than to me, who lies at his side.
Él duerme, más a la mano de una cajera que vio una sola vez en un circo ambulante con un solo león, que de mí que yazco a su lado.
[...]
My cry could only waken him.
Mi llanto sólo podría despertarlo.
And what a poor gift: I, confined to my own form, when I used to be a birch, a lizard shedding times and satin skins in many shimmering hues. And I possessed the gift of vanishing before astonished eyes, which is the richest of all.
Y qué presente más pobre: Yo, confinada a mi propia forma, cuando solía ser abedul, lagarto que se despojaba de tiempos y de satinadas pieles en tantos lucientes colores.
Y yo poseía el don de desaparecer de sus asombrados ojos, la mayor riqueza.

I am too close, too close for him to dream of me.
Estoy demasiado cerca, demasiado cerca para que él sueñe conmigo
I slip my arm from underneath his sleeping head -it's numb, swarming with imaginary pins. A host of fallen angels perches on each tip, waiting to be counted.
Saco mi brazo que yace bajo su cabeza dormida -entumido, zumbando con alfileres imaginarios. Un puñado de ángeles caídos en cada punta, aguardan a ser contados.


La traducción es mía. Aunque exista ya una versión en español quería escribir una versión que sonara a mí.

martes, 5 de agosto de 2008

¿Te acuerdas?

Se invita a los dueños de los recuerdos a continuación a pasar por ellos de viernes a sábado, de las dos a las cuatro de la mañana.

1. ¿Te acuerdas cuando te dije que un día estarías gordo y se te caería el pelo, y mi cabello estaría aún largo pero completamente blanco? Tú te reíste con la imagen, pero hoy me parece que ambos vamos haciendo nuestra parte al respecto. Me pregunto si aún tendrás ganas de reírte.

2. ¿Te acuerdas del papel de las cartas en las que yo te escribía de muy lejos? A mí me gustaba tanto encontrar papel interesante, amarillo con diseños de damasco, tarjetas con la caricatura de algún escritor como Poe o Woolf. Esos primeros meses de exilio sobreviví sólo escribiéndote a ti.

3. ¿Te acuerdas del día del temblor? Me estabas peinando antes de irme a la escuela cuando el espejo comenzó a cimbrarse. Yo no sabía qué era eso que estaba pasando, tú dijiste "está temblando" pero tus ojos no me veían. Te pregunté quién temblaba y tú dijiste "¡Dios!" pero no era a mí a quien te dirigías. Como pudiste nos sacaste a ambos de la casa. Yo no tenía zapatos. Ese día conocímos a los vecinos y yo seguía pensando que lo que había temblado era el enorme cuerpo de Dios.

4. You remember that night I wrote you a letter and set it right next to you so you'd find it when you woke up? As a matter of fact, I tend to write you letters quite often when you are asleep. I pour my heart and soul in them and force myself to sleep with the hope you'll finally find me in my words. But I always find the letter, folded back on its place. No reply.

5. ¿Te acuerdas del día del temblor? Ella, tú y yo conversábamos. Ella se dio cuenta del temblor antes que nosotros, nos lo repitió varias veces mientras nosotros reíamos de no sé qué cosa. Cuando finalmente nos dimos cuenta, ella y yo nos tomamos del brazo para intentar bajar los tres pisos. En la puerta miramos atrás, y ahí estabas tú contra la pared. Sin decir nada. Sin hacer nada. Ella y yo regresamos por ti y te tomamos de la mano. Y tú te dejaste hacer. Nunca más volviste a ser tan de vulnerable.

6. ¿Te acuerdas de esa conversación por teléfono? En la que me dijiste que sabías que mi amor por ti había finalmente muerto desesperanzado, sabiendo que la preferías a ella. Creo que me abriste un poco la posibilidad, me dijiste que mi amiga te había dicho que yo ya te había olvidado. Yo pude haber dicho que no, pero no quería abrir de nuevo aquella herida. Aunque nunca entendí por qué no me habías preferido a mí.

7. ¿Te acuerdas de esa noche cuando reíamos y tocábamos la guitarra en aquel departamento sin muebles? Por alguna razón tú te habías puesto a caminar en círculos con tu guitarra al hombro, y luego te sentaste sobre las baldosas rojas a hacer contorsiones. Nos moríamos de la risa.

8. ¿Te acuerdas de la noche en que me viste desmoronarme después de esa llamada que recibí? Tuve un ataque de pánico y tú me abrazaste. Me permitiste esa debilidad sin críticas ni burlas. Me dejaste ahí hasta que me calmé. Estábamos en el mismo sitio en que meses después, con saña, enterraste tu mano en mi herida.

9. ¿Te acuerdas del día en que fuiste en bicicleta a visitarme? Ese día quería decirte mucho. Ese día sí que tenía ganas de abrir mis heridas. Pero no me atreví. Y tú te marchaste muy pronto.

10. ¿Te acuerdas de la cruel carta que te escribí? En esa carta te pedí que no me buscaras en un mes. Fue cruel, lo sé. Pero estaba dolida por una vez más haber muerto a tu sombra. Él te prefería a ti. Y yo necesitaba ser yo por una vez en la vida. Sentir que alguien querría estar conmigo no por acercársete. Creo que nunca más volvimos a confiar una en la otra para hablar de amor. Me dolió en el alma.

11. ¿Te acuerdas cuando se nos descompuso el carro prestado a medio centro histórico? Tú corriste por agua cuando nos dimos cuenta que se había sobrecalentado. Y yo me quedé ahí sin saber qué hacer, hasta que el poli se acercó a decirme "No sabe qué hacer verdad reina?" Esas cosas nos pasaban siempre, y divertíamos a todos cuando les contábamos nuestras andanzas. Extraño todas esas vivencias, como cuando me diste las llaves del carro y me enseñaste a manejar en Guadalajara.

12. ¿Se acuerdan cuando nos tomamos esa foto los cuatro juntos? Los cuatro jinetes del apocalípsis, the fab four... Los cuatro fuimos al primer encuentro de poetas de Zamora. Quién iba a decir que yo iba a ser la más terca y quedarme en la poesía. Por ahí supe que uno de ustedes todavía conserva esa fotografía. Me gustaría tanto verla.

13. You remember that night we stayed up by the lake? We went for a walk and it was pitch black and I barely knew you. And in the middle of the woods I realized you could be a psycho and kill me and no one would ever find me. But you stopped instead and pointed ahead to a deer by the road. I couldn't see it. But I saw you. It started raining and we got under a blanket and I sang for you in a language you couldn't understand. Your lips were so close to mine...

14. ¿Te acuerdas cuando jugábamos en la quinta familiar? Un día nos metimos a donde estaban los guayabos, pasando el riachuelo. Yo traía en mis manos un leopardo de trapo y lo tiré cuando vimos una serpiente. ¿Cómo se cura uno la nostalgia cuando esos recuerdos de infancia están ahora enterrados bajo un motel de paso a la entrada de Zamora?

15. ¿Te acuerdas cuando éramos amigos y estudiábamos juntos? Todo el mundo pensaba que éramos hermanos, unidos por una sola ceja. La ceja de Frida Kahlo. Y nosotros jugábamos a confundir a todos. Cuando hacíamos trabajos te asegurabas que yo tuviera todo lo que pudiera necesitar, y si alguien no estaba de acuerdo con mis resultados siempre te ponías de mi parte. Me gustaría algún día volver a verte.

16. ¿Te acuerdas cuando me regalabas sobres con tus dibujos y diseños? Dibujabas collages de personajes y símbolos de todas las canciones que me gustaban cuando estaba en la secundaria. Y tenías un hamster que se llamaba Herculito, y no podíamos decir su nombre sin reírnos. Y todavía guardo en algún sitio la foto que me diste de cuando eras niño, y tengo ganas de ir a buscarla para ver si tu hijo recién nacido se parece a ti.

lunes, 4 de agosto de 2008

Llorona

Trabajando en mis proyectos de sílabo para mis clases de español futuras me encontré este corto maravilloso del mismo director de "Sin sostén". Me hace sonreír pensando en mi tierra, y pensando que hay que nacer mexicano para entender esto que llevamos en el corazón.

Un abrazo fuerte.

______

Working on my syllabus projects for future Spanish lessons I found this short-length film from the same director of "Sin sostén". It makes me smile thinking of my land, and thinking that you must be born Mexican in order to understand what we have in our hearts.

Big hugs.


jueves, 31 de julio de 2008

Ella cambia día a día

Her Majesty's a pretty nice girl
but she changes from day to day.

Una entrada chiquita que no había planeado escribir.

Venía escuchando la cadena nacional de radio (NPR) que es donde se puede escuchar temas culturales por acá. Perdí la referencia exacta, pero un cierto profesor de literatura creo de la Universidad de Iowa citaba a un poeta (se me fue el nombre, y busqué y busqué en línea pero no encontré la cita) y decía que:

"Los poetas somos siempre contradictorios."

Amigos y amigos poetas, ¿se sienten ustedes contradictorios?

Yo sí, pero siempre lo atribuí a mi falta de confianza, a mi timidez, a mi ingenuidad, a mis neurosis, a mi sexo.

Nunca a esta enfermedad de la poesía.

La cita era bella, la mutilo parafraséandola, pero decía "Yo soy contradictorio, soy vasto". Y según el profesor éste, es la libertad de la contradicción la que le permite al poeta crear obras maestras (Con el ejemplo de Ezra Pound que apoyaba a Mussolini).

Hurgando en mi poesía yo escribí hace muchos años en la primera versión de Babel:

"Ésta que soy yo
somos nosotras"

Me gustaría saber sus ideas.

Contradictoriamente suya,
Lady M.

Pd. Lady V. ¿Qué le parece lo cabalístico de terminar el mes con el mismo número? Le juro que no lo forcé, pero pensé que a usted le gustaría pensar en esta posible contradicción de la poesía.
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miércoles, 30 de julio de 2008

In my life

There are places I'll remember
All my life though some have changed
Some forever not for better
Some have gone and some remain
All these places have their moments
With lovers and friends I still can recall
Some are dead and some are living
In my life I've loved them all

A Elia porque es su canción favorita y porque me tomó muchos años darme cuenta en cuántas cosas se interesó sólo porque eran importantes para mí

* Entrada escrita durante el siguiente trayecto:
De Commonwealth Ave. en Boston, Mass., Tren B de la línea verde a Park Street,
cambio a la línea roja hasta Porter Square (una después de Harvard)
cambio al Commuter Rail a Concord, Mass.


Hace muchos, muchos años, cuando yo era todavía una niña decidí que quería estudiar física cuántica.

No estudié física cuántica, ni física normal, ni siquiera educación física...

Estudié letras.

Así que no recuerdo muy bien las leyes de la física sobre los cuerpos en movimiento, pero mi espíritu romántico (romántico en el sentido del Sturm und drang y el joven Werther, no en el de Televisa, vale mencionar) sabe muy bien que cuando las almas solitarias se ponen en movimiento se desborda la boca de la melancolía.

Ayer venía en mi viaje de casi hora y media de regreso de Boston a Concord escuchado mi Ipod, cuando al subir al segundo tren e ir pensando en mi tierra de campos de fresas, por suerte, comenzó esta canción que también logra hacerme llorar.

Demasiados lazos emocionales me unen a ella:

Es la canción que bailé idealista y esperanzada un dieciséis de febrero.

Es la canción que me dijiste tú que era tu favorita cuando te lo pregunté para un proyecto que tengo sobre mis equipajes emocionales, sobre la música que han dejado en mí las personas que me han marcado. Y ya de por sí tú y yo compartimos a los Beatles desde la secundaria.

Me hace llorar porque me recuerda a los viejos amigos, a los viejos amores, y a los viejos lugares.

Siempre he tenido esta obsesión con los lugares que ya no existen. La casa en que nací, en la calle cinco de mayo, es hoy día un comercio donde venden alimento Purina y el terreno familiar en donde jugué tantas veces de niña es hoy un motel de paso.

¿Qué le pasa a uno si la raíz de los recuerdos desaparece?

Así también hay tantas vidas anteriores que ya no puedo acceder.

Muchos diálogos que siguen continuándose en mi cabeza. Diálogos que son realmente tristes monólogos.

¿Qué harías si supieras que aún sigo charlando contigo a pesar de que no estás?

¿Con quién hablas tú mentalmente al montarte en un tren y mirar por la ventana?
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martes, 29 de julio de 2008

Blackbird



Blackbird singing in
the dead of night
take this broken wings
and learn to fly
all your life
you were only waiting
for this moment to arise

A Iki
por sugerir esta canción que siempre me hace llorar,
porque sigo dándole vueltas a mis alas rotas
y no aprendo a volar nunca.

Las aves son siempre señales de mal augurio.

Dicen que cuando el zopilote canta el indio muere, y que su danza ritual cíclica en los cielos por sobre nuestra cabeza es siempre certeza de la propia muerte.

El ave negra es siempre mensajera del inframundo.

(¿Te acuerdas cuando fuimos hace muchísimos años al cine sin saber que película daban, y vimos "The Crow"? A mí me fascinó, y ya de por sí me sabía de memoria el poema de Poe con ese graznido de cuervo que dice "Never more, never more.")

A mí me gusta coleccionar imágenes proféticas, formas de leer el augurio:

Una mariposa negra,
los grumos de café muerto en la taza,
las líneas de filigrana en tus inmensas manos mientras tocabas la guitarra
(¿Te acuerdas que mi línea de la vida siempre ha estado trunca? ¿Serás ahora tú una de las
tenues líneas entrelazada a mi línea del amor?),
las mías tirando el tarot con una baraja de la lotería
(sí, algún día escribiré ese poemario de la lotería que tanto me incitas tú a escribir),
las volutas de tu sempiterno cigarro y su sabor, que me dejaba en la boca tu furtiva y danzante lengua.

Yo siempre ando queriendo leer algo secreto en todo, en cada vena y lunar de tantos cuerpos; desmenuzar cada palabra escuchada para entender un mensaje cifrado; leer el café, la coca-cola y hasta el chocolate "Abuelita", ése con la foto de Sara García.

Hoy me di cuenta que no era yo quien esperaba siempre al ave negra en la ventana, sino una de esas aves negras del mal augurio.

Antes de Eva, según sagrados textos tildados de apócrifos, hubo otra, la primera mujer de Adán. Su nombre era Lilith, y ella se rehusó a yacer, durante la cópula, bajo el lúbrico peso de Adán. Una mujer así de nada le servía. Se dice que escapó a vivir dentro de una cueva, mientras Adán fue feliz yaciendo sobre Eva. El nombre de Lilith sirve también para llamar a un ave nocturna del mal augurio, a un búho o una lechuza, y se dice que graznaba igual.

Tal vez alguien evite pronunciar mi nombre por superstición, tal vez mi recuerdo amanece posado en el canto de su ventana, y le espante el sueño a la hora del pánico de las tres o las cuatro de la madrugada.

Tal vez tema siempre encontrarme turbia, en las trazas de su café matinal.

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domingo, 27 de julio de 2008

Marmalade skies


La empalagosa imagen de unos cielos de mermelada de fresa y mandarina me hacen sonreír, buscando entre las nubes a Lucy y sus diamantes.

Fotografía del cielo afuera de mi ventana en esta tarde lluviosa de Concord, Massachusetts. Mientras mi corazón melancólico piensa en el sitio en que no late en México.

sábado, 26 de julio de 2008

Pingüino elemental...

…cantando un “¡Hare Krishna!”,
hombre, debiste haberte dado cuenta
que estaban pateando a Edgar Allan Poe…

Relato pseudo-surrealista de la cena de una noche de verano

La expedición partió en busca de un lugar distante con un nombre el cual desconocíamos o del que no queríamos acordarnos, y vagamos cual Colón, atisbando en el aire el olor a tierra o algún rastro de papagayos. Afortunadamente aún manteníamos en la memoria un número y una calle, que no se había anunciado hasta muy tarde, según dijo el vocero, simplemente porque nadie se lo había preguntado.

Después de anunciarse finalmente, la ruta progidiosa, el convoy seguía a ciegas las órdenes de la voz que provenía de la consola del armatoste, y a pesar de que veíamos inminente la caída a un infinito mar, no hacíamos más que resignarnos y alistarnos a dar la brazada de mariposa.

Secos hasta lo más recóndito, pero a pesar de la zozobra evitada, aún manteníamos el hambre del mismo náufrago que ha vivido consigo mismo y con un día de la semana, de nombrar las cosas todas a su paso: y así, depués de bautizar por vez última una calle y la luz de las seis y cinco de la tarde, dimos con el bendito lugar.

El restaurante era un banco en que había que hacer fila y pedir, siempre por triplicado y con una fe notarial la mendicidad de la pesca fresca del día que a diario encontraban al descombinar el candado hermético de la bóveda, que a veces entregaba langostinos y cangrejos de gordas piernas, y a veces sólo presentaba una bota, algunos vestigios de algas y tres condones usados.

Yo había pedido agua pero recibí un ajenjo de un rosado azul, que tenía en su centro un cubo como de hielo seco que se derretía con la plática sobre loros parlantes, los más inusuales nombres de pila, y un repertorio de personajes ya muertos, mientras en el radio daban el marcador de un juego de pelota en el que o todos habían muerto o el resultado no tenía ningún sentido.

Un mesero ha recitado una letanía interminable de especiales, con la creatividad poética de cualquier Bretón o cualquier Tzara García y me hace imaginarme una lechuga que perversa salta de un trampolín para ensartar su enhiesto tallo en la concupiscente suavidad de un puré de papas, apenas sonrojado del carmesí de la remolacha que languidece sobre él.

El mesero habla y habla, erguido, mientras yo, sentada, lo escucho y no acierto a atrapar ninguna de las palabras que como liebres se le escapan de la boca. El mesero me mira molesto, sabe que de lo que dice yo no entiendo nada, y que actúa como bálsamo del olvido, y después de su perorata no atino ni a decir cuál es mi nombre ni como llegué al asiento que ahora ocupo.

Ese mesero no sabe que en este momento me siento tan hermanada con él, y pienso que pararse al frente de un salón de clases y dar una cátedra sobre el muralismo mexicano o explicar el subjuntivo, es exactamente igual que explicar la frescura de los cayos de hacha y de los ostiones y el salmón de Alaska, y no sabe que ganarse a un estudiante es lo mismo que trabajar por propinas.

En el baño una botella de antiséptico azul se me insinuaba con su cachondo "bébeme, bébeme, tú sabes que quieres…"

Y un atún a medio asar se debatía con una langosta bailando un Charleston mientras alguien en el baño cantaba igualito que Ella Fitzgerald y por más que metía yo la cabeza en el excusado no lograba encontrarla.

Alrededor de la mesa la conversación crecía, de boca en boca, de lado a lado, en un ridículo teléfono descompuesto que iba del inglés al francés, del francés al portugués, pasaba por el alemán y se transmutaba en mandarín, pero mi español no atinaba ni al polaco, ni al farsi, ni al islandés (a pesar de conocer todas las canciones de Björk), ni al yidish, pero lográbamos, incansables, hacer llorar de la risa a Carpentier, a Sarduy y a Cabrera Infante con sus inconsolables tigres.

El camino de regreso no fue menos extraño, ni atinamos a comprendernos, pero yo cerré los ojos y me dejé arrullar por una discusión interminable sobre esta cosa y otra, con una rutina que se escuchaba idéntica a aquélla de “Who’s on first?” y yo me reía a pesar de que hablaban ya de alguien que había recién muerto, de cáncer, o de alguna otra enfermedad que no puede nunca provocar la risa...

...y yo pedí a gritos una canción de la que desconocía el título, y la música y la letra, e incluso la certeza de que existiera.

Esta noche, ahora bajo mis dedos se descubre y me descubro odiosa, habiendo pensado demasiado, y bebido demasiado, y comido demasiado, y ahora me iré a dormir pensando que cierta deidad alucinógena no atinará a darme una fantasía tan ilógica como ésta.

¿No crees que el guasón se ríe de ti?

Maya se ríe dormida
Maya laughs in her sleep
y leo en su rostro el más secreto de los arcanos.
and I read in her face the most secret arcane.

Yo rondo los pilares que la ocultan,
I circle around the pillars that hide her,
entre el enrejado atisbo la curvatura de su sonrisa,
and through the lattice I peek at the curve of her smile,
adentro de su sueño no se oye nada
inside her dream she hears not
de lo que yo le pregunto a gritos.
my screaming questions.

¿Con quién sueñas?
Who do you dream of?

Maya se ríe dormida a carcajadas
Maya laughs from her belly
y me turba
and it disturbs me
y me maravilla
and it amazes me
y no puedo más que imaginar un mundo
and I can't do but imagine a world
en que una mano se convierte en ave
in which a hand becomes a bird
y ella salta a desprender estrellas
and she jumps to unhook stars
y algo invisible la sostiene.
and an invisible something holds her up.

Maya se ríe
Maya laughs
y nunca sabré si en ese mundo suyo
and I will never know if somewhere in that world of hers
hay sitio para mí.
there's a place for me.

domingo, 20 de julio de 2008

Hace veinte años el día de hoy...

que el Sargento Pimienta le enseñó a tocar a la banda, han estado dentro y fuera de moda, pero está garantizado que los harán sonreír. Así que déjenme presentarles, el espectáculo que han conocido por todos estos años...

El club de los corazones solitarios del Sargento Pimienta

Siempre he pensado que podría decirse todo mediante las títulos y las letras de las caciones de los Beatles. Si bien no los únicos y (aunque excelentes) no los mejores, son sin cuestiamiento la música más ensartada en mi pecho. ¿Y en qué recae esta posibilidad de un dialecto emocional completo en beatle? Pues nada más y nada menos que en la abundancia de su producción y eclecticismo de temas.

Más de alguno que me lee, en carne viva debió sufrir mi amor por los Beatles. ¿Qué quieren que haga? No es posible dejar de pensar en todas y cada una de las personas con las que he tenido el placer, la fortuna o incluso el disgusto de toparme en esta vida, con una creación del cuarteto de Liverpool.

Por esto, declaro un ejercicio creativo de intitular cada entrada de este blog de ahora en adelante (hasta previo aviso) con un título o una cita de alguna de sus canciones, ya sea en traducción o parafrasis.

Y qué más decir, además de que sé que lo lograré con una pequeña ayuda de mis amigos...

jueves, 17 de julio de 2008

Serendipity

Hace algunos años, tres o cuatro, en mi a veces largo y tedioso camino de la escuela/trabajo a casa, me acompañaba la música del radio. Al cruzar un puente en especial, atorada en el tráfico, recuerdo que muchas veces encontraba surfeando el dial una canción de esas que se te quedan. La letra me conmovía y pronto cantaba con los labios y con el corazón, sin miedo ni vergüenza de que el conductor de al lado presenciara mi breve momento catártico.

Con los años y las mudanzas olvidé la melodía y la letra, y sólo me quedé con el recuerdo de aquella canción de la que nunca supe el nombre. Imposible buscarla de ninguna manera. Hasta donde sé todavía no se inventa el engrane de búsqueda en línea en base a las sensaciones que algo nos deja.

Por mucho tiempo me resigné a esta insignificante pérdida.

Hoy, sobre el mismo puente ocurrió el encuentro fortuito.

Tan sólo un par de acordes y un puñado de palabras y supe que ésa era.

La letra es bastante críptica, y aún así respondía y responde a todas esas mismas interrogantes que me siguen rondando. Pero habla de esa necesidad de creer, esas ganas de lanzarse al abismo sin titubear.

Y otra vez el día de hoy me hace sonreír y esperanzarme.

Sin más, les comparto este minúsculo pedacito de buena fortuna

-------------

:


One thing
Finger eleven

Restless tonight
Agitado esta noche
Cause I wasted the light
porque malgasté la luz
Between both these times
entre ambos momentos
I drew a really thin line
tracé una línea delgadísima
It’s nothing I planned
no es nada que haya planeado
And not that I can
y no es que pueda hacerlo
But you should be mine
pero tú deberías ser mío
Across that line
a través de esa línea

If I traded it all
Si lo intercambiara todo
If I gave it all away for one thing
si todo lo cediera
Just for one thing
sólo por una cosa
If I sorted it out
Si lo resolviera
If I knew all about this one thing
si lo supiera todo sobre esto
Wouldn’t that be something?
¿No sería algo?

I promise I might
Prometo que tal vez lo haga
Not walk on by
no pasar de largo
Maybe next time
Quizá la vez próxima
But not this time
pero no esta

Even though I know
Aunque lo sé
I don’t want to know
no quisiera saberlo
Yeah I guess I know
Sí, creo que lo sé
I just hate how it sounds
sólo odio cómo suena

miércoles, 16 de julio de 2008

Libro abierto / Open book

Se había sentado en su sillón favorito, en el lugar estratégicamente planeado en el camino de una pequeña corriente de aire que se colaba por el resquicio de una ventana mal cerrada. La estoica lámpara de pie por un lado, con su foto celda que adivinaba el momento preciso para encenderse y relevar a sus manos de la molesta tarea de jalar la cadenilla dorada en el momento en que sus ojos no escudriñaran más las palabras del tomo abierto, que esas, su ahora desocupadas manos, ceñían fuertemente.

El teléfono a propósito desencajado, como todos los demás pendientes. Nada que distrajera del secreto placer de la lectura, de perderse en las hojas casi transparentes.

En la periferia de la vista apenas notaba los cambios de luz, o cómo la piel se crespaba y relajaba como por reacción a los cambios de la temperatura. Algunas cosas extrañas sucedían afectando muy poco su lectura: la repentina longitud de las uñas que ahora dificultaba un poco el ensalivar con el dedo la esquina superior de la página para separarla de sus compañeras; la necesidad de echar sobre el hombro una molesta barba que no recordaba haberse dejado crecer, que se anidaba sobre la página.

Cuando cerró el libro su ahora confundida mente no atinaba a recordar si había leido la palabra última o si simplemente era ya imposible distinguir las letras.

Desinterasado para siempre en lo que la tierra le presentaba después de girar interminablemente sobre su eje mientras él se había metido en la caverna de un infinito segundo.

Sus temblorosas manos abrieron de nuevo (y por vez última) el libro para emprender de nuevo, el camino de la lectura.

El libro ya no se cerraría nunca.

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He had sat down on his favorite chair, in the strategic place right in the path of a draft that came in through the slight opening of an improperly-closed window. The stoic floor lamp stood beside him, with its photocell which guessed the precise moment to turn itself on and therefore free the hands from the obnoxious task of pulling the little golden chain the moment his eyes couldn't tell apart the words in the open volume, the one that now, those now idly hands, held tightly.

The phone was purposely left off its hook, as were all the rest of his chores. Nothing to distract him from the secret pleasure of reading, from losing himself in the almost transparent pages.

In his peripheral vision he barely noticed the changes of light  or how his skin would tense up and relax reacting to the temperature changes. Some strange phenomenons happened but they affected minimally his reading: the sudden length of his fingernails made more difficult to moist with the saliva on his finger the upper corner of the page in order to separate it from the rest; the need to throw over his shoulder the annoying beard that he didn't remember having grown, which nestled itself over the page.

When he closed the book his now confused mind couldn't decide if he had read the last word or if it was now impossible to tell the letters apart.

Uninterested forever on what now the earth presented after spinning interminably on its axis while he had immersed himself in the cavern of an infinite second.

His shaky hands opened again (and for the last time) the book to start once again the road of reading.

The book won't ever be closed.

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martes, 15 de julio de 2008

Sacando muelas

Lady Mondegreen está un poco cansada de tanto hablar como merolico en sus clases y piensa que sacarles una idea a sus estudiantes debería ser más sencillo que sacar muelas, sólo le queda montarse encima de ellos y arrebatarles con lujo de violencia y saña las pocas luces de pensamiento crítico que puedan tener.

Yo ya no quiero hacer esto, mejor debí haber estudiado medicina u ortodoncia, a lo mejor por lo menos me habrían pagado mejor por el mismo trabajo.

Pero el día no estuvo del todo jodido, hoy me duermo en la dulce esperanza del mañana. Mañana que tengo una entrevista telefónica para un puesto en GDL, y con ella el ideal de dar clases a quienes sí las quieran tomar. Ahí récenle a quien quiera que sea el santo chambeador.

Además otra cosa importante sucederá mañana, otra que llena a esta cínica y negativa dama en el más profundo idealismo esperanzador. No les cuento qué porque se me ceba. Si sale sí.

Un abrazo


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lunes, 14 de julio de 2008

Más espuma

He estado yendo al gimnasio, más a fuerzas que de ganas, sólo para quitarme de encima los diez años extra que un sádico instructor , después de una evaluación física, dijo que cargo con mi deplorable condición. Aunque la verdad creo que sobre todo lo que me jodió fue mi falta de flexibilidad (fuera de chistes, ya sé que la Güera se doblará de risa recordando mis nervios cortos y mi pisada de garra.)

Pero ahí voy, y gracias al Ipod lleno de música guapachosa o contestataria sobrevivo las largas sesiones en el gimnasio de la universidad en la que chambeo.

¿Y para qué cuento esto, además de para causar pena ajena? Pues porque escuchando música he estado repasando el soundtrack de mi vida, lo cual contribuye a esta reencontrada nostalgia que cargo ultimamente, no sé, quizás el haber regresado cuasipermanentemente al terruño, pone en perspectiva los seis años de exilio que me cargué.

Me he dado cuenta de cuantas canciones me dan ganas de llorar, todas las de los Beatles por obvias razones (para quien me conozca), las de los Doors, "Black" de Pearl Jam y todas las rolitas que canté en las bandas garageras a las que tuve el breve placer de pertenecer (y de donde me corrieron), en fin, un chingo.

La música ahí está despertando la memoria como el olor y el sabor de una madeleine que amenaza ponerme a escribir tomos y tomos dedicados a mi pasado, todas las cosas dichas a medias, todas las conversaciones que faltan, las conversaciones mentales que todavía tengo con viejos amigos.

Pero me repongo porque finalmente no debe haber una visión más deprimente que alguien llorando a moco tendido sobre una caminadora elíptica.

Pero siguiendo con las cosas que me suceden en el gimnasio me pasa que me pongo a pensar y pensar, y me doy cuenta que un gimnasio no es un buen lugar para un poeta, y que a la anoréxica a mi izquierda no le importa que yo sepa lo que es la sinestesia, o un oxímoron. Del mismo modo el tipo que está colgado de la barra alta y sube y baja verticalmente su cuerpo invertido, no sabe, ni le importa, que yo sepa no sólo lo que es una metáfora, una metonimia y una sinécdoque, sino además que hace a estos tropos diferentes. Nadie en este gimnasio recuerda el terror de ver a Don Chebo apuntar el dedo hacia mí y preguntarme si yo soy un signo, un susantivo o el imperfecto, ni tampoco le importa que yo sepa que el vanguardismo español no fue lo mismo que el avant-garde europeo.

A nadie le importa que entre tanto sudor y lycra spandex a mí se me ocurran versos...

Ahí tiene mi querida Lady Vivianne, más y más espuma.

Y a usted mi querida Doña Herminia Guardagujas, master Iki Nakamura, felicidades porque como dice mi señor marido el Earl de Amurray, ya es maistra, y a pesar de las risas, pues tiene razón, bien dice mi padre que lo bonito de las carreras y los posgrados es cuando uno se da cuenta que ya le enseñaron finalmente cómo pegar tabiques.

Suya por siempre, desde el exilio

Lady Mondegreen
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sábado, 12 de julio de 2008

Estando aquí no estoy

1

La infanta, pequeña dictadora, niña terrible, su alteza real, gran zarina y señora de todos los reinos de Michoacán, Jalisco, California y Massachusetts, camarada comandante, gran gurú Maya-Lama, y demás títulos nobiliarios...

...ya está conmigo en este exilio temporal.

2

He querido escribir todos estos días, pero como dijera César Vallejo nada más me sale espuma. Ya debería estar yo acostumbrada a tanto trote, pero la verdad es que me llena la melancolía, quién me hubiera dicho años ha, que nací con la marca del éxodo en la frente.

Los últimos meses probé la posibilidad de la permanencia, y me gustó, y ahora regresando a Bostonia me doy cuenta que quiero arraigarme, echar raíces en un sitio y dejar de estar marchándome siempre.

3

Tomorrow we enter the town of my birth
I want to be ready


The Doors

Regresar al pueblo natal le causa estragos a la psique de un nómada: escenas fantasmas de su pasado se repiten ad infinitum al voltear la cabeza a cada resquicio.

Los lugares que ya no existen están ahí, acechándonos entre las sombras.

Y toda esta nueva nostalgia y melancolía me ha hecho pensar en todas las cosas que se me han escapado de entre los dedos.

Pensar en todas esas personas que se han convertido en fantasmas, en sus recuerdos que persigo y las fibrosas marcas de ellas que llevo en la piel.

Pero tal vez lo que deseo tanto de ellas, lo que ansío arrancarles es la parte de mí que conservan, un órgano, una extremidad, un mechón de mi cabello...

Ando buscando a Paula y a veces no la encuentro.

Y como dijera Silvio: "cualquier información la pagaré..."

4
Me escapé de mi casa
me escapé de mi amor

Los Fabulosos Cadillacs

En inglés hay una frase con la que se llama a estas personas: The one that got away, o "El que se escapó".

Son esa metralla que llevamos, tras la guerra, injerta en el corazón.

De cuando en cuando acaricio mi metralla, la atesoro con todo su placer y devastación.

Pero hace poco surgió una idea nueva, que tal vez fui yo la que emprendió la huida, y no sólo la que se quedó tendida y abandonada.

Tal vez era yo esa Sodoma ardiente que se teme ver por vez última, con el terror de convertirse en estatua de sal.

Y tú...

¿A quién abandonaste? ¿Quién te abandonó?

¿Qué metralla llevas en el corazón?

5

* UH: Sonreí al leer este nombre que ya no recordaba. Tal vez no estés en uno de los dedos, pero vas sin duda, entrelazado a una de las líneas de mi palma.

6

Los dejo (espero no muy melancólicos) con el poema último de Babel (se vale pedir el poemario completo para leerlo -Sí, ya está terminado):


En mi espanto anquilosado musito incansablemente
los recuerdos de una ciudad que ya no existe:
la costumbre de los hombres de mi tierra de perseguir un pez iridescente
en el agua dulce que nos llegaba hasta las rodillas;
un campo de pulposos pezones carmesí,
que divertidos incitaban a las vírgenes;
la palabra que nada significa, pero que constantemente
le prendíamos a cuanto nos saliera de la boca;
un gusto perverso de la lengua por el sabor de las lágrimas.

En mis ojos se atisba una ruina olvidada,
y no me permite ignorar
que en la circular piedra ya no rodará mi corazón.

La raza de metal ya no caerá a mis pies,
maldita, como yo, con cada sangrienta semilla que escondió mi lengua.

El día en que sus labios borraron la marca de mi frente
para que olvidara el retorno,
mis compañeras no gritaron mi impronunciable nombre,
pero se condenaron a plañirle a la locura.

Nada más se esperaba de mí,
cuando abrí los ojos por vez primera
ya escrutaban los viejos mi insidiosa propensión
a responder a los susurros en mi oído siniestro,
a picarme la planta del pie con la ebúrnea daga.

Ya nadie recordará mi verdadero nombre
sólo la magnitud de mi ofensa,
mi tendencia a desobedecer.

Pero no estivé yo piedra a piedra el obelisco,
ni altiva engullí la flama,
mas sí miré de frente al fuego,
y bebí la sangre que él no se atrevió.

Acepto mi castigo satisfecha
porque no hincaría nunca el pedernal
en la carne que yo misma maceré en mi seno.

Un hombre puede enfermarse de gloria,
y volver su rostro a su deseo,
una mujer en cambio,
no temerá nunca petrificarse
con tal de volver,
una vez más,
los ojos a su nostalgia.

Ésta, es mi última profecía.

Copyright P.A.Z.
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