En la cosmogonía purépecha cuando los dioses crean a los hombres que conformarán a la raza purépecha los hacen de metal, y a pesar de que Michoacán era el "lugar de pescadores", el imperio purépecha fue un pueblo fuerte que orgullosamente se resistió a la conquista azteca y de hecho los derrotó en las dos ocasiones en que trataron de doblegarlos.
Eréndira, una pricesa purépecha robó un caballo a los españoles y luchó sin miedo y con orgullo para defender a su pueblo.
En estos momentos de tribulación los michoacanos debemos recordar que somos un pueblo unido y con mucho orgullo, con una historia y una cultura muy rica. No dejemos que nos arrebaten esto, que nos amordacen y nos dividan por medio del miedo.
Mi tierra, mi personal Penny Lane, se encuentra amenazada, secuestrada. Mis campos de fresas, de manzanas de tierra y las temidas manzanas doradas.
Este último derramamiento de sangre es el acabose, pero no lo único que está sucediendo.
Ya pasó el momento de dolor, de luto, de duelo.
Hermanos y hermanas de metal, en nuestro lugar de lagos y pesacadores, y los que seguimos en el exilio en otros estados. Hermanos y hermanas mexicanos en general demostremos que podemos permanecer unidos para lograr la paz.
Mi pueblo no se atemoriza... Jamás se doblega.
* La imagen es de la película Eréndira Ikikunari de Juan Mora Catlett sobre la leyenda de Eréndira.
No hay comentarios:
Publicar un comentario