Estoy leyendo un libro fabuloso de Martin Puchner (y ya es mucho que yo encuentre fascinante y difícil de poner de lado un libro de teoría crítica) "Poesía de la revolución" (Poetry of the Revolution) que es un estudio profundo y atinado de todos los manifiestos políticos y literarios-vanguardistas desde el gran Manifiesto Comunista que acuña el nuevo género del manifiesto.
Puchner habla de Goethe y sus ideas en torno a la traducción. Goethe toma la frase del Corán que dice: "Dios da a cada pueblo un profeta en su propia lengua" de la cual Goethe deslinda: "El traductor es profeta de su pueblo".
Una idea cargada de posibilidades, y brevemente menciono la idea que me ronda en este momento, la idea de una Casandra perseguida e ignorada, la palabra del profeta que se duda y se tacha de blasfema, la palabra del traidor.
Retrospectivamente esta lectura alimenta a mi Babel.
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