que el Sargento Pimienta le enseñó a tocar a la banda, han estado dentro y fuera de moda, pero está garantizado que los harán sonreír. Así que déjenme presentarles, el espectáculo que han conocido por todos estos años...
El club de los corazones solitarios del Sargento Pimienta
Siempre he pensado que podría decirse todo mediante las títulos y las letras de las caciones de los Beatles. Si bien no los únicos y (aunque excelentes) no los mejores, son sin cuestiamiento la música más ensartada en mi pecho. ¿Y en qué recae esta posibilidad de un dialecto emocional completo en beatle? Pues nada más y nada menos que en la abundancia de su producción y eclecticismo de temas.
Más de alguno que me lee, en carne viva debió sufrir mi amor por los Beatles. ¿Qué quieren que haga? No es posible dejar de pensar en todas y cada una de las personas con las que he tenido el placer, la fortuna o incluso el disgusto de toparme en esta vida, con una creación del cuarteto de Liverpool.
Por esto, declaro un ejercicio creativo de intitular cada entrada de este blog de ahora en adelante (hasta previo aviso) con un título o una cita de alguna de sus canciones, ya sea en traducción o parafrasis.
Y qué más decir, además de que sé que lo lograré con una pequeña ayuda de mis amigos...
3 comentarios:
Comparto tu amor por los Beatles. Me gustaría leer algo sobre un Black Bird. Sería un lindo ejercicio poético. Puede ir desde un águila hasta un zopilote.
la mitad de lo que digo es pura babosada, pero lo digo solo para llegarte...
no solo compartiamos la melodia de los bitles, pero los recreos tambien (english fashioned).
tienes razon: pudimos haber tocado en la misma banda de rock local, pero yo estaba tan ocupado en otros sueños, que en ese momento me perdia de mis verdaderos amigos.
Herminia,
El pájaro negro es tan simbólico y tan especial, sin duda hableremos de él.
Querido y desconocidísimo anónimo,
Babosada o no, la verdad es que todo me llega, más ahora que estoy siempre como calabacita tierna.
Me siento honrada porque se me cuente dentro de los buenos amigos, pero siempre mantengo ese insidioso miedo de todas mis faltas.
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