martes, 24 de junio de 2008

La mujer desmontable

"La sensación de poder mágico de Sylvia, la mujer adjetivo,la mujer decoración,
la mujer desmontable y plegable que presenta todas las comodidades de la vida
moderna, privada de todo, hasta de individualidad y unidad y
por eso poderosa" (Donoso, 70)


Esta cita pertenece al cuento "Chattanooga Choochoo" de José Donoso que es parte de Tres novelitas burguesas, un cuento delicioso de la vida posh de un grupo de parejas de clase media-alta. Un sensual trinomio en donde "el otro" descubre a la mujer, Sylvia, frente al espejo desmaquillandose con un vanishing cream que no sólo se lleva el maquillaje y los artificios sino la boca también, y su esposo la castiga desarmándola y guardándola en un baúl, pero la venganza de Sylvia viene cuando es ella la que desarma a su amante, su amante enloquecido por ser él quien pintara la boca roja sobre la cual prenderse.

¿Y a qué viene todo esto sobre la mujer desmontable? Nada en relación a la violencia o la literatura (aunque ahí queda la invitación a su lectura), sino simplemente la referencia a la preciosa imagen de la mujer desmontable.

Esta que escribe es de cierto modo también una mujer desmontable, o desmontada y rearmada. Ya sea por razones funcionales, urgentes, naturales, accidentales, reconstructivas, etc., este cuerpo que escribe, calculo yo, carga algunos cientos de puntos que iridescen a la media luz.

Una mujer hecha de ratazos, con una piel que ha sabido desgarrarse y llevar la cuenta indeleble de eventos devastadores y placenteros.

Me despido por ahora para ir a destejerme, borrarme
la boca como Sylvia, y echar con llave la voz, borrar los ojos para hacer la penumbra e invitar al sueño, desencajar de su engrane los brazos y guardar las piernas bajo el lecho, esperar a la mañana y reintentar la empresa de eregirme en un cuerpo que se sienta uno, que me engañe con la idea de estar completo.

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6 comentarios:

Unknown dijo...

Espero leerte mañana, que la desaparición de la boca no borre tu claro pensamiento ni tu discernir literario sobre la mujer, lo que piensa, lo cree, lo que ama y lo que detesta. Interesante lectura, tendré que agregarlo a los libros por conseguir (mi duda es dónde consigo el tiempo para leerlos todos).
Simiesca

Manuel dijo...

A veces uno parte a las mujeres. Me declaro vouyerista al observarlas y esperar el resultado de saber que son enormes piezas de belleza, creatividad, independencia pero sobre todo, de inspiración.

Anónimo dijo...

Hola, Paula, regresándote tu visita a mi blog. Saludos y claro que me acuerdo de ti. Besos.

Queen Loana dijo...

Me recuerda a la mujer maletín del Marqués de Sade; mujer que sin brazos ni piernas era un torso que se llevaba en la mano para satisfacer al hombre en cualquier lugar y momento. Una mujer-objeto, retazo, pedazos, partes, una mujer desmontable, para armar.
Excelente entrada.

Lady Mondegreen dijo...

Pues atiné a dibujarme la boca de nuevo, aunque con la mandíbula un poco desencajada gracias a todos: Herminia, Manuel, Nadia, Angélica.

Interesante la idea de Sade, una mujer más que nada funcional y portátil. Pienso también en la Venus de Milo con cajones de Dalí. Y bueno, ideas al respecto hay muchas.

Se despite sin más

Lady Frankenstein

Lady Mondegreen dijo...

Quise escribir se despide

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