lunes, 23 de junio de 2008

De escritoras violentadas

Lady Vivianne hizo un excelente comentario sobre la violencia en las mexicanas Guadalupe Dueñas y Amparo Dávila, quizás Lady Vivianne pueda ahondar más en la violencia en estas escritoras.

Me llamó la atención que mencionara a la argentina Silvina Ocampo (a quien tenía yo ya la intención de mencionar), que para aquéllos que no la conozcan fue la esposa de Adolfo Bioy Casares y eterna amiga de Jorge Luis Borges, de hecho los tres mantenían una amistad intelectual y emocional muy profunda. Silvina fue una gran poeta y una gran escritora de ficción, y pensaremos que con nada más y nada menos que la mancuerna de Bustos Domecq todas las noches cenando en su casa algo bueno tendría que tener. Lo cierto es que tanto Bioy como Borges deben lo mismo, si no es que más a Silvina, que lo que Silvina les debe a ellos.

¿Por qué entonces no se conoce más de su obra? Si en Argentina la atención en Ocampo es poca, en México es nula. Y es que con esas dos figuras opacándola se entiende, además de que impera sobre ella también la figura de su hermana Victoria Ocampo, editora de la revista del grupo "Sur" a quien se le debe el empuje y la publicación en Latinoamérica de grandes escritores latinoamericanos y europeos.

Silvina era tímida, pero titánica en su escritura, a todos les recomiendo su libro de cuentos "La furia". Se ha resaltado mucho en su escritura la presentación de una niñez cruel y asesina. La violencia en ella se plasma de una manera sutil, pero fatal. Y también se aprovecha de ese síndrome de Casandra que yo mencionaba, las voces narrativas en ella son voces desacreditadas por ser niños, animales, prostitutas, locas, amas de casa reprimidas, borrachos, etc. Silvina usa su debilidad (aparente) para mostrarse poderosa, nos hace creer como lectores que nosotros sabemos más que ella o sus narradores, y en eso está su genialidad.

Ahora que me he puesto a pensar en ella porque leía en el Mural sobre Elena Garro, lo curioso es que ambas fueron marcadas por la presencia de Bioy en sus vidas, pero más importante que ese dato biográfico alevoso, está que a ambas sus biografías han obnibulado la atención en obras narrativas inmensamente ricas, completamente exiliadas de las antologías y críticas de sus naciones.

Elena Garro también tuvo una presencia fuerte de la violencia en su escritura, una violencia paranóica. Y ambas resultan violentadas con el enmudecimiento que sufren, con la atención en sus vidas personales y sus asociaciones románticas con figuras como Paz y Bioy, y por sus equivocaciones o excentricidades (mismas que no pesan igual en la recepción de sus contrapartes masculinos). Sería necesario y prudente realizar un estudio de la recepción de ambas escritoras.

Y bueno, les dejo el link al artículo de el Mural sobre la revalorización de Garro como la mejor escritora mexicana después de Sor Juana.


http://www.mural.com/cultura/articulo/433/864236/
Blogged with the Flock Browser

1 comentario:

Queen Loana dijo...

Me parece muy interesante la mención que haces de Elena Garro y la violencia en sus textos de la paranoia y la persecución, como en Andamos huyendo lola y la obra teatral El árbol. En esta última la violencia se desarrolla en el contexto de la tradición del machismo, del machismo heredado, violencia de espejo hacia la mujer. La obra trasluce dos generaciones de mujeres que en el repetir de la historia son robadas en la infancia para satisfacer los deseos sexuales del hombre, costumbre no tan lejana en algunos poblados actuales de México. Asimismo, Garro fue en ella misma una mujer violentada de su libertad y de sus ideas... allí está la sombra del imperioso Paz.

Related Posts with Thumbnails