martes, 20 de julio de 2010

En un lugar de la Mancha...

Porque tengo insomnio crónico de toda la vida, o porque soy voyerista (metiche diría mi mamá) siempre estoy revisando los libreros de los demás. No por criticar (aunque sí, me declaro snob literaria) sino por buscar algo para leer.

Conciliar el sueño es una de las cosas más difíciles que puedo imaginarme, y hacerlo en una cama ajena mucho peor, por eso necesito leer, ver la tele o perder el tiempo en internet. Hay un sitio donde a veces me quedo donde no puedo hacer ninguna de estas cosas, lo cual hace que me entre un ataque de ansiedad cada noche que tengo que pasar ahí ¿Por qué? No hay tele en el cuarto, bajan el switch del internet y en el librero de la sala sólo están los libros de la SEP y una enciclopedia del hogar.

Esto me sorprendió mucho la primera vez que me di cuenta porque, si bien en México el promedio de lectura es de un libro por cabeza por año (y mira que hay muchas personas que me han encargado su cuota) me parecía que en cada hogar tenía que haber por lo menos un Quijote. Que conste que no digo que todo hispano-hablante lo haya leído, sino que pensaba que junto con el canal 2, alguien se hacía cargo de que en cada hogar hubiera un Quijote y una enciclopedia Salvat roja (esa que creo que se vendía por metro en los setentas).

Ayer estaba esperando en una de esas salas minimalistas de un sitio público y noté que en el librero, además de un jardín japonés y algunas otras chucherías había algunos pocos libros (la mayoría de arte) y me pregunté si el viejo hidalgo se encontraba entre ellos.

y sí.

Ahí estaba.


¿Cuántos Quijotes habrá perdidos en libreros que nunca han sido leídos?

Mi pregunta del mes es: ¿Cuál libro no podía faltar en cada librero al que tenías acceso en tu infancia?

3 comentarios:

Manuel dijo...

jamás lo leí y no es porque me sienta muy lector, la verdad soy un ignorante, sin embargo uno de los libros con los que me he topado en varias casas y en diferentes estados y no solo de la república, es el de: "tus zonas erróneas" ya sabes con el monito formado de tipografía mencionando los errores, valga la rebusnancia, del ser humano, jajajaaja, que risa!

Francisco Zulaica dijo...

Acúsome... sólo he leído el primer Quijote, me falta la segunda parte... pero por ahora, con las mudanzas, se encuentra en el fondo de una caja en casa de mis papás, junto con el libro 7 de Harry Potter (y no puede ser!!!, ansío más leer por tercera vez al brujo para ver los errores de la película). Pero qué libro es infaltable??? Aparte de la Biblia edición guadalupana con filos dorados - que tampoco se usa para leer, sino para adornar una mesita donde se pone una cruz y una veladora - un libro que no sé porqué he visto mucho: "Autoliberación interior" (soy también un fisgón de libreros)... pero esto en casas decentes, porque el que es infaltable, pero no está en el librero de la sala, sino del cuarto de estar es: CAÑITAS!!!! - en su edición con portada azul o roja -.

Alicia L. dijo...

¿Los típicos de mi infancia?

Pues como lectora apenas me inicié unos pocos años, (unos 10, más o menos) solo tenía a la vista la biblioteca personal, el "Rincón de Lectura" (¿Te tocaron?) y la biblioteca pública a la que no fuí más que un par de veces.

En casa había novelas para adultos (nada sucio, solo muy avanzadas) y en inglés (y muy malos). Ah, y superación personal. Ugh.

El que nunca faltaba en NINGÚN lugar son una antología de cuentos de Andersen o Grimm. Definitivamente.

Mi primer cuento fue La Sirenita. Nunca entendí por qué demonios los demás pensaban que era un historia muy bonita cuando el final era muy triste. Hasta que recordé que disney la desgració.

Mi primer libro fue "Papaíto Piernas Largas".

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