lunes, 26 de julio de 2010

Las salvajes


(Una traidora traducción infiel del original en inglés)

Las salvajes no son
las que andan en las calles de noche
vestidas de negro y acero.

No las que andan de cama en cama
ungidas de sudores ajenos.

Las salvajes
son aún más siniestras,
pagan impuestos y siempre ponen sus alarmas
por las noches.

Siguen las leyes de tránsito y votan.

Han amamantado y llevado a sus crías
amarradas al pecho.

Tienen la piel marcada
con cicatrices de otras heridas
y rodillas a carne viva
y de cirugías
(que los buenos modales
dictan no mencionar a la mesa.)

Las salvajes son aún más peligrosas.

Su barbarie
siempre agazapada dentro
lista
mientras llevan a sus hijos al colegio
o hacen la despensa.

A veces tienen posgrados
y puede que enseñen en universidades
o practiquen derecho,
o algo más
igual de respetable.

Le cantan a sus bebés
y los enseñan a leer

y se quedan estoicas cuando se desangran.

No arman escándalos.

Y a veces,
sólo a veces,
se resquebrajan
comprando verdura
en el supermercado.

P.Z.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Me encanta. Eres una salvaje, somos unas salvajes.
Gracias amiga.

Alicia L. dijo...

Has dicho. Salvajes.

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