De verdad buena. Todo el mundo decía que debía estudiar algo relacionado con las matemáticas pero decidí estudiar Letras.
"Si estudias Letras te vas a morir de hambre."
Pero uno es cabeza dura.
Ayer vendí siete libros.
A siete personas que no conocía y quienes no me conocían. Siete personas pagaron por mis palabras.
¿No que la literatura no dejaba?
He comido con el sudor de mis palabras.
Me maravilla que alguien quiera tener en casa mis palabras. Y me pregunto por qué. Y quizás mis palabras sirvan para emparejar las patas de una mesa, o quizás sea lectura de baño, o quizá las palabras precisas para hacerse esa inquietante pregunta que permanece detrás de los ojos.
Y quisiera haber escrito más, y quisiera que mis palabras aseguraran el pan en la mesa, y que inspiraran al compromiso social, y que hicieran algo más que sólo estar ahí.
Pero por el momento seguiré maravillándome con la idea de que alguien compró mis palabras para tenerlas, para conservarlas.
Y los dejo con la lista de cosas para las que alcanza el producto de mi poesía.
14 cocas de 2lt. no retornables
2 sombras de ojos GOC y un labial
1 sombra MAC y 30 pesos cambios
21 huevitos de las maquinitas a la entrada de la farmacia
35 pasajes de camión urbano
3 Vanidades, 2 Tv y novelas y 5 libros vaqueros
1 DVD original ó 5 piratas
2 pizzas medianas y un refresco de dos litros
1 un solo platillo bastante pretencioso y para nada suficiente en un restaurante popis
1 Best seller de portada lustrosa que seguramente va a salir en película muy pronto
5 comentarios:
Cuando seas muy, pero muy famosa y te tengamos que hablar de "usted" y emocionarnos y presumir a los amigos que un día viajamos en el mismo avión contigo, estaré orgulloso de haber contestado a tus post (¿o se dice postes?)
Espero comprar pronto tu torre de Babel.
muy bien, me da gusto tu venta, yo compraría 21 huevitos. abrazos.
No y esperate a que lo "escaniee" y lo suba a Torrents o a Rapidshare. Si yo nomás estoy esperando el libro de mi señora para salir a las calles, llevelo, llevelo, bara bara.
Silvestre, qué detalle... Se agradecen mucho las flores.
Doña Herminia, ya me los gasté y ni supe en que... se me hace que fue en puras cocas...
Don Macaco usté difúndalo...
Por cierto mi mamá dice que debíamos de regalar un cuarto del mole que vende con el libro, o en su defecto, regalar un libro con un litro de mole.
Ay yo quiero mole, aunque no lo regalemos, podríamos comer mole un día de estos???? por favor, por favor, por favooooooooooooor
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