martes, 17 de febrero de 2009

Estéticamente anticuada o cómo descubrí que he pasado de moda


Tengo una amiga entrañable en una vida, o mejor dicho, una geografía, anterior. En su cubículo del tétrico sótano que llamamos nuestra oficina tiene una prominente fotografía de una familia. La foto se ve apenas un poco descolorida, el padre tiene un bigote prominente como de película de los Almada, la madre y las dos hijas portan un corte de pelo indeterminable. La madre además usa unos lentes que aproximadamente cubren dos tercios de su cara. Todos llevan ropa con texturas y diseños de antaño, la ropa demasiado anticuada para considerarse retro cool.

La primera vez que vi la foto no dije nada, por temor de que fueran parientes suyos.

-¿De cuándo crees que es esta foto?- Me preguntó.
-No sé, ¿de los setentas?
-No me lo vas a creer... Por eso la tengo aquí, la foto la tomaron en 199...

En algún sitio vive una familia que en los años noventa parecía congelada en una fotografía setentera.

Ser cool, estar en la onda, permanecer au courant, vivir a la vanguardia... Esa familia nunca contará con estos epítetos.

Hubo un momento en mi adolescencia en que no escuché una sola nota de música de moda. No tengo la menor idea de qué era popular en los noventa. Me pasaba las tardes tirada sobre las frías baldosas del comedor de mi casa, conectada al tocadiscos con unos audífonos idénticos a los de Jacobo Zabludosky cuando hablaba con su sempiterna y fiel Lupita. Yo era retro antes de conocer la palabra. Me llegué a ir a la prepa calzando los zapatos de mi abuelo muerto y su guayabera morada bordada con blanco punto de cruz, además de la camisa azul con escarola del esmoking de graduación de mi papá.

Yo me sentía bien, me sentía diferente. Tan fuera de moda que forzosamente debía ser vanguardista, excéntrica, loca. Todos esos adjetivos me gustaban.

Hoy descubrí esperando en el coche una canción de Amy Winehouse. La canción sonaba a Motown pero dudé que Rehab fuera un motivo usual en aquellos tiempos. Pues resulta que he estado viviendo en la oscuridad otra vez, aunque ya no existan, ni aquel comedor, ni el tocadiscos ni los audífonos jacobinos color mostaza.

Ahora veo que aquella familia y yo no somos tan distintos después de todo.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Me encanta y me identifico. Alguna vez usé las sudaderas uqe mi papá usaba en la prepa y moría por la ropa uqe mi mamá tenía en las fotos, aunque sobrevivieran tal vez sólo un par. Camisas, suéteres, campanas al final del pantalón en los 90 creo que no estaban de moda, pero los usé y fui muy feliz. comparto sentirse diferente, excéntrico y vanguardista, era feliz, ahora tengo que preocuparme por qué maldita ropa me pongo para ir a trabajar... a veces quisiera irme en tanga.

Unknown dijo...

Yo nunca he sido Cool o a la moda, traigo cabello largo cuando lo "IN" es el peinado Bradd Pittiano, jeans acampanados y playeras estampadas, barbas de Grunchero de los noventa, en la secundaria, cuando todos escuchaban a Maná, yo seguía con Led Zeppelin. definitivamente no soy cool, si hubiera conseguido un traje de pachuco para mi boda lo hubiera usado.

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