miércoles, 4 de febrero de 2009

La fotografía

Francisco Ayala escribió una escena maravillosa en su libro vanguardista Cazador en el alba, allá por 1930, en la que una pareja sale un domingo a tomarse una fotografía para inmortalizar su idilio, pero al revisar el album del fotógrafo buscando inspiración se dan cuenta de lo tétricas que resultan las imágenes puesto que: “cualquier día pueden salir en la crónica negra de los periódicos […] Todas sufren un destino trágico, de crimen pasional, aunque no todas lo cumplan… (37)

Mi queridísima amiga Herminia Guardagujas escribió un poema maravilloso "Qué tristes salimos en la foto", que siempre me hace pensar en la vanguardia y su asombro con la maravilla de la fotografía y el cinematógrafo, pero más que nada, con ese instante vuelto inmortal de un segundo compartido por dos.

Y hoy me encontré con este voyerísticamente delicioso post de Campanas de Belén, sobre una foto y una historia que me empiezo a inventar en la cabeza.

Hay tantas historias detrás de una fotgrafía, y sobre todo, de una fotografía de estudio.

Y pensar, además, en un momento, en una vida personal procesada mecánicamente por la máquina. Pensar, como esas culturas que creían que al retratarse perdían su alma, o como decía un maravilloso profesor, que la fotografía es el verdadero vampiro que no morirá nunca.

4 comentarios:

Campanas de Belen dijo...

Ay que honor que aparezca yo en su post =), he tenido mas visitas de lo normal gracias a ud.
Y tambien me hiciste sacar del librero un libro que te recomiendo mucho, se llama "Sobre la fotografía" de Susan Sontag.
Dice un monton de cosas interesantes acerca del fotógrafo, la camara y las fotos, asi al azar seleccione algunas lineas para compartir:
...Fotografiar personas es violarlas, pues se las ve como jamás se ven a si mismas, se las conoce como nunca pueden conocerse; transforma a las personas en objetos que pueden ser poseídos simbólicamente.
(y acabo de pensar en eso de denia "podrás tenerme siempre contigo")
Así como la cámara es una sublimación del arma, fotografiar a alguien es cometer un asesinato sublimado, un asesinato blando, digno de una época triste, atemorizada.
...Las fotografías, que en sí mismas no explican nada, son inagotables invitaciones a la deducción, la especulación y la fantasía.
La fotografía implica que sabemos algo del mundo si lo aceptamos tal como la cámara lo registra. Pero esto es lo opuesto a la comprension, que empieza cuando no se acepta al mundo por su apariencia... En rigor, nunca se comprende nada gracias a una fotografía. Por su puesto, las fotografías colman los vacíos en nuestras imágenes mentales del presente y el pasado...no obstante, la representación de la realidad de una cámara siempre debe ocultar mas de lo que muestra.

Perdón por mi comentario largote jeje, espero no te haya dado flojera leerlo.

Campanas de Belen dijo...

y se me paso decir... Gracias!!!

Lady Mondegreen dijo...

Me encantó lo que escribiste, no conocía este libro de Sontag, ahora va a estar entre mis lecturas próximas.

Qué bueno haber aventado tráfico a tu sitio, la verdad me encanta, y pues gracias a ti que ya me habías linkeado antes.

Espero que te sientas mejor!

Unknown dijo...

Siempre he querido una fotografía antigua de mi cuerpo, para que mis sucesores piensen en cómo era el mundo cuando ellos no lo conocieron, para que detrás de una enorme pluma se esconda el pudor y dentro de mí haya un enorme cuarto propio. Gracias por la cita.

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