miércoles, 16 de junio de 2010

Rompiendo eufemismos y tabúes

Un profesor de la facultad dijo un día que la poesía era el arte de mentir. Piénsenlo un segundo, la célula esencial de la poesía es la metáfora: buscar siempre formas de desnombrar las cosas.

Mi identidad más primal es siempre la poesía, por eso, este sitio siempre ha sido ambiguo. Abrí este sitio porque grandes amigas tenían blog y por su invitación lo comencé para todo aquello que escribo que no es ortodoxamente poesía.

Pero al final de cuentas no se puede deslindar la poesía de lo que escribo. Y escribo desnombrándolo todo, siempre indirecta, siempre hablando entre líneas.

Hoy, sin embargo, tengo hablar directamente, desmitificar las palabras, romper eufemismos y tabúes*:

Hoy hace cinco semanas descubrí que el corazón del bebé que esperaba había dejado de latir.

No sé cuándo murió pero es posible que varios días antes.

Una de las realidades más difíciles que he tenido que enfrentar en mi vida fue saber que mi cuerpo era un féretro, que había vivido días cargando la muerte en mi seno.

Pero este post no es sobre eso, sino de la realidad que ahora es visible para mí: Que ahora soy parte de un plano paralelo de los que vivimos en el lado oscuro. Una realidad de la que nadie habla y todos pretenden que no existe.

Estos días ya no lloro y he vuelto a ser yo. Puedo decir las palabras: "aborto espontáneo", "muerte embrionaria", "legrado" sin ansiedad, sin miedo, sin dolor ni lágrimas.

Pero el mundo de los que no saben esto no está listo para escucharme. No recrimino los bien intencionados comentarios como: "Me alegro (que hayas perdido al bebé) porque tu salud es más importante.", "Lo bueno es que todavía no era un bebé", etc.

Lo que no aguanto es esta maldita invisibilidad. Me he convertido en un fantasma mudo cuando menciono en una conversación mi fallido embarazo.

Hace más de un año estaba yo, precisamente del otro lado de la mesa, y escribí un post sobre la inutilidad de mis palabras queriendo consolar a alguien, que como yo ahora, se había convertido en parte de la legión maldita. Me leo y pienso que tal vez sufrimos del miedo exacerbado de pronunciar las palabras.

Pero ahora, como ella entonces, estoy del otro lado de ese andén, varada después de perder un tren que no paró**.

Despojemos a las palabras de ese poder ritualístico.

Yo puedo decir "legrado" sin vergüenza, ni dolor ni miedo.

¿Y tú qué palabra desmitificarás hoy?

______
*En español la palabra tabú, como otras que terminen en u tónica admiten dos pluralizaciones: "+s" y +"es". Mi compulsión lingüística me forza a hacer la aclaración.

** Sí, esa imagen es homenaje a ti.

4 comentarios:

libréluna dijo...

mi palabra para desmitificar hoy es "gorda" perder a alguien siempre me recuerda que soy gorda. Mientras estoy con alguien soy otra persona, no reconozco tallas, no sé de defectos visibles. Cuando me dejan, cuando me quedo sola sólo pienso en lo gorda que estoy y le achaco toda la soledad, angustia, miedo y ansiedad.

soy una gorda, sí. Pero también soy muchas otras cosas más importantes que eso.

Como siempre tus letras me estremecen. Gracias por sacudirme otra vez.

silvestre dijo...

La mia es mujer, lo que quiera que eso signifique y sea, pensando en lo que nos cuentas.

Lady Mondegreen dijo...

Palabras fuertes.

Gracias por la valentía de decirlas.

Unknown dijo...

Gracias por compartir este dolor, este triunfo y este homenaje. Se me salieron un poco las de San Pedro.
Mi palabra para desmitificar es eternidad. Ahora entiendo que nada es eterno, nada es para siempre, no lo es el dolor, no lo es la tristeza, pero tamopco lo es el amor.
Duele, pero es bueno comprenderlo, por lo menos para mí lo es. Entenderlo me hace fuerte, valiente y hace que me dan ganas de seguir amando, tristeando y que me sigan doliendo las cosas para seguir creciendo. Al cabo que nada de eso es eterno.

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