domingo, 20 de junio de 2010

El valor de la palabra escrita

"Lei las noticias el día de hoy..."

...y las noticias hablaban de la subasta de la letra de mi canción favorita de los Beatles A day in the life, la última canción del álbum Sargent Pepper's Lonely Hearts Club Band. 

La letra, de puño y letra de John Lennon, se subastó por un millón y medio de dólares aproximadamente.

Esto me hizo pensar en el valor de la palabra escrita. El  manuscrito no reproducible.

El trazo de una mano que ya no existe, único e intransferible como una huella digital.

Quizá el comprador quería atrapar la fugacidad del espíritu de Lennon, algo que todavía está vivo en el danzar de las líneas sobre el papel.

Walter Benjamin habló de cómo el capitalismo y la producción en masa revolucionaron el concepto clásico del arte: el valor de la obra artística dejó de centrarse en su carácter único para valorarse en términos de su masificación y recepción. (Walter Benjamin. La obra de arte en la era de reproducción mecánica)


De esta manera ha cambiado el valor que ponemos a la obra de arte: la Mona Lisa se imprime ad nauseum en postales, mientras que la obra original e irrepetible se ha convertido en una mercancía elitista.


Aún así pienso el día de hoy en cómo la palabra escrita puede detener el tiempo: en mi cartera llevo un instante cristalizado en las palabras que escribió mi abuelo antes de morir.

Pienso en él y en sus palabras mientras mis manos repasan el trazo automático que Saramago hizo al firmar mi copia de El evangelio según Jesucristo.


Pienso en ambos y digo que la palabra es la única que puede burlar a la muerte y al tiempo.

2 comentarios:

Alicia L. dijo...

Y, aún así, a veces, las palabras que no mueren, se olvidan.

Unknown dijo...

Suspiro amiga. suspiro.

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