jueves, 5 de marzo de 2009

Entre un bestseller y Macedonio Fernández

Acabo de leer una de esas novelas que logran obliterar mi realidad de lector y adentrarme a un mundo en donde no existo y olvido mi nombre.

Macedonio Fernández, gran influencia de Borges, tenía un problema enorme con este tipo de libros. Le parecía que la buena literatura no podía ser aquélla que hiciera al lector olvidarse de su realidad y de su calidad de lector, y por eso escribe "Museo de la novela de la eterna: Primera novela buena" una novela que a cada paso forza al lector a mantenerse como lector, una novela que nunca parece comenzar, una novela hecha enteramente de prólogos.

Pero la novelita que leí estos días me gustó precisamente por lo contrario, porque la buena narrativa, la fluidez poética de las imágenes y las palabras, lo original de la presentación novedosa de la misma historia romántica de siempre, me hicieron olvidarme de mi vida diaria.

Así que me quedo con la pregunta de si una buena literatura tiene que ser escape o recordatorio de la realidad. Porque hay momentos para leer a Donoso, a Cortázar, a Lispector y otras, que necesito buscar la novela del mes en una pretenciosa librería como Borders o Barnes and Noble, entre los libros del club de lectura de Oprah, esos con sus estúpidas preguntitas al final para guiar la argumentación "crítica" de algunas señoras encopetadas.

Porque a veces, como estos días, esas novelitas pueden sorprenderme.

...o por lo menos, hacerme olvidar todas las cosas en las que no quiero pensar.

5 comentarios:

Campanas de Belen dijo...

Pueden ser como la música no?
Bueno, en mi caso, hay canciones que en un momento amo y al dia siguiente me irritan, dependiendo de mi estado de ánimo.
Hay dias en los que quiero leer las noticias y enterarme de lo que pasa aunque duela, y ocasiones en las que estoy muy angustiada o estresada por algo, y simplemente enciendo la televisión para desconectar mi cerebro jeje.
Si me dan a elegir, yo prefiero esos que te hacen escaparte de la realidad pero que a la vez te ayudan a comprenderla =)
Y ese libro que mencionas de El argumento de Macedonio Fernández, me recuerda a una película que vi hace poco "Funny games", no se si la has visto pero (sin leer las críticas) me dió la impresion de que el único objetivo del que la realizó fue manipular tus emociones y hasta cierto punto burlarse de ellas, y te recuerda que estas viendo una película, pero es mas que eso... incluso hay diálogos en los que los personajes parecen estar conscientes de que son "solo eso" personajes, pero que a la vez ser un personaje es mas que "solo eso". Pensándolo bien, creo que busca un equilibrio, o es un reto para él, el estar recordandote que es una pelicula y a la vez lograr que te metas en su realidad =O
Lo siento, suelo cantinflear mucho a veces jaja
pero me agrada leerte, me dejas pensando =)

Anónimo dijo...

Que te puedo decir, yo prefiero mil veces los libros que te hacen olvidarte de la realidad; me parece que es un gran logro cuando un libro sea tan cautivador que haga que las últimas 4 o 5 horas de tu vida se pasaran sin darte cuenta y que realmente lo disfrutaras; pero a la vez, nunca he leído un libro como el que mencionas de Macedonio Fernández.

Lady Mondegreen dijo...

A mí me encantan los cantinfleos, mi vida y mis palabras no son más que cantinfleos...

Belén, buscaré esa película, porque me gusta ese constante quiebre de la cuarta pared, ese constante recordatorio que no somos sino expectadores. Fíjate que había pensado escribir una entrada sobre el cine, y es que estaba recordando haber leído que en sus principios, los primeros filmes mudos necesitaban excusar al ojo de la cámara con algo, tenía que haber una premisa de alguien viendo por una mirilla, por la cerradura de una puerta, etc. Precisamente porque debía haber una justificación para esa presencia omnipresente y voyerística del espectador. No sé, creo que hay mucho que decir de todo eso.

Anónimo, a mí me pasa, y creo que concuerdo con Belén, que tengo esta dualidad, y sí, una gran parte del tiempo, como tú, necesito evadirme, y me gusta la literatura que hace eso, aunque haga que Macedonio se retuerza en su tumba. Pero contraria como soy, otras veces no estoy contenta, si el autor no me hace constantemente consciente de mi calidad de lectora.

Abrazo a ambos

Lady Mondegreen dijo...

En el comentario anterior yo quería decir espectador, pero me resbalé y escribí expectador.

Y como no me gusta equivocarme y quedar en evidencia, diré que todos mis moviemientos están fríamente calculados y que era un portmantau entre expectante y espectador.

Unknown dijo...

Evadirse con Condorito se vale?

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